De manera tradicional ha tenido uso maderero, medicinal y culinario.
Descripción
Es un árbol perennifolio de hasta 20 m de altura, muy ramificado, de copa bastante densa, con tronco y ramas de verde a gris. Los brotes son de color castaño. Hojas de 5 a 17 cm pecioladas y en disposición alterna de forma variable: ovadas oblongas, elípticas, lanceoladas... y coriáceas, de color verde intenso y brillante, más por el haz que por el envés. Poseen glándulas pequeñas en las axilas del raquis y de los nervios laterales.
Es una especie dioica, es decir, hay individuos femeninos, cuyas flores son las que llevan fruto, y ejemplares masculinos, cuyas flores se caracterizan por tener muchos estambres. Las flores son pequeñas, blancoamarillentas y dispuestas en cimas axilares.
Los frutos son ovoides, de 1-1,5 cm, y adquieren un color negro al madurar.
Florece de noviembre a abril. Al tratarse de una planta dioica para que la semilla quede fertilizada y sea viable es necesario que se encuentren en una misma población ejemplares masculinos y femeninos.
Cariología
L. novocanariensis presenta un número de cromosomas de 2n=36.[5]
En Canarias es frecuente en las áreas forestales de El Hierro, La Palma, La Gomera y Tenerife. En la isla de Gran Canaria su presencia se reduce a algunas localidades del norte. En Fuerteventura aún pervivía un ejemplar en la década de 1930 en el entorno del Pico de la Zarza que desapareció posteriormente. No existen pruebas de su presencia en Lanzarote. En las islas occidentales es componente principal de la comunidad vegetal denominada Lauro novocanariensis-Perseetum indicae o monteverde húmedo, y que se caracteriza por ser un bosque denso de talla alta. La especie es además indicativa de la distribución original de la laurisilva.[6][7][8]
En Madeira solo se localiza en la isla homónima, considerándose extinta en Porto Santo. Crece entre los 100-1500 m, siendo común en todas las formaciones boscosas de la isla.[1]
En los troncos de esta especie es común encontrar las cecidias producidas por la acción del hongo específico Laurobasidium laurii (Geyler) Jülich, conocido popularmente en Canarias como madre del loro.[10]
Diversidad
Se reconoce una variedad de esta especie, provisionalmente aceptada:[11]
L. novocanariensis var. longifolia (Kuntze), propia de Madeira.
Se ha constatado arqueológicamente el aprovechamiento que los aborígenes de Tenerife hacían de la madera de L. novocanariensis para la confección de armas y varas. Asimismo, se ha descubierto el uso por parte de los aborígenes de Gran Canaria de las hojas como repelente de insectos en sus graneros colectivos.[18][19]
Sus hojas y frutos, así como el aceite extraído de estos, han sido utilizados en medicina popular tanto en Canarias como en Madeira debido a sus múltiples propiedades.[21][22]
En el archipiélago canario también se utilizan las hojas de los ejemplares femeninos como condimento, si bien poseen una calidad inferior a las del laurel común.[8][23]
Posee cierto uso como planta ornamental en parques y jardines públicos.
Su aprovechamiento está regulado a nivel de la Comunidad Autónoma de Canarias al incluirse en el Anexo III de la Orden de 20 de febrero de 1991 sobre protección de especies de la flora vascular silvestre.[24]
Nombres comunes
En Canarias se conocido como loro o laurel, haciéndose en algunas zonas de las islas la distinción entre ejemplares masculinos y femeninos, dándoseles el nombre de loro a los primeros y de laurel a los segundos.[25]
La forma loro es un canarismo de origen portugués que llegó a Canarias vía las islas de Madeira y Azores, donde se lo conoce como louro, loureiro, louro-da-terra o louro-de-cheiro.[22][26][27]
Abundante en la toponimia insular canaria, sobre todo la forma loro, da nombre a algunos núcleos de población como Los Loros en Vallehermoso, Barranco del Laurel en Moya, Fuente del Laurel en Arucas o Los Laureles en Tegueste.[28]
↑Arco Aguilar, Marcelino José del; Wildpret de la Torre, Wolfredo; Pérez de Paz, Pedro Luis; Rodríguez Delgado, Octavio; Acebes Ginovés, Juan Ramón; García Gallo, Antonio; Martín Osorio, Victoria Eugenia; Reyes Betancort, Jorge Alfredo; Salas Pascual, Marcos; Díaz Hernández, Manuel Agustín; Bermejo Domínguez, Juan Antonio; González González, Ricardo; Cabrera Lacalzada, María Victoria; García Ávila, Sara (2006). Mapa de Vegetación de Canarias. Santa Cruz de Tenerife: Grafcan. p. 231. ISBN978-84-611-3811-1.
↑Barbero, Marcel; Benabid, A.; Peyre, C.; Quézel, Pierre (1980). «Sur la presence au Maroc de "Laurus azorica" (Seub.) Franco»(PDF). Anales del Jardín Botánico de Madrid(en francés) (Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas: Real Jardín Botánico) 37 (2): 467-472. ISSN0211-1322. Consultado el 14 de mayo de 2022.
↑Ubillos González, Francisco Javier. «Laurobasidium lauri». Fichas micológicas. San Sebastián: Cofradía Vasca de Gastronomía. Consultado el 14 de mayo de 2022.
↑«Loro». Diccionario básico de canarismos. Islas Canarias: Academia Canaria de la Lengua. Consultado el 13 de mayo de 2022. «3. m. Occ. (Laurus azorica). Laurel. Etim. Del port. louro 'árvore monopétala, sempre verde, que produz umas bagas escuras e amargas'.»
↑Morera, Marcial (2002). «loro». Diccionario histórico-etimológico del habla canaria. Santa Cruz de Tenerife: Editora de Temas Canarios. pp. 1068-1069. ISBN84-95691-32-9.
↑Corrales, Cristóbal; Corbella, Dolores (2015). «loro». Diccionario Histórico del Español de Canarias (DHECan). San Cristóbal de La Laguna: Instituto de Estudios Canarios. ISBN978-84-88366-95-5. «loro. (Del port. louro). m. Árbol lauráceo que puede alcanzar hasta veinticinco metros de altura, de tronco recto con la corteza grisácea, casi lisa, hojas ovado lanceoladas, coriáceas, fragantes, con nervadura pronunciada y unas pequeñas glándulas características en la base de los nervios principales, flores de color crema verdoso y frutos elípticos, carnosos, en forma de aceituna negruzca al madurar (Laurus azorica).»
↑«Visor de Grafcan». Sistema de Información Territorial de Canarias (IDECanarias). Islas Canarias: GRAFCAN. Consultado el 15 de mayo de 2022.
Kunkel, Günther (1991). Flora y vegetación del archipiélago canario: tratado florístico. 2ª parte. Las Palmas de Gran Canaria: Edirca. ISBN84-85438-80-9.