Elecciones municipales de Perú de 1989
Las elecciones municipales de Perú de 1989 se llevaron a cabo el domingo 12 de noviembre de 1989 en todo el Perú para elegir a los alcaldes provinciales y distritales para el período 1990-1992. Fueron convocadas por el presidente Alan García Pérez. El contexto electoral estuvo fuertemente marcado por el clima de violencia generado por las acciones terroristas de Sendero Luminoso y una gran polarización política entre los partidos democráticos. La intención senderista era boicotear los comicios fomentando un alto nivel de ausentismo y promoviendo votos en blanco y nulos, los cuales interpretaban como un avance de su acción insurgente.[1] Por otro lado, los partidos aspiraban a una masiva participación ciudadana en un proceso electoral que consideraban como la antesala de las elecciones generales de 1990.[2] Los asesinatos selectivos de Sendero Luminoso contra autoridades estatales formaron parte de su estrategia de boicot. El año 1989 registró el mayor número de muertes de alcaldes en todo el periodo del conflicto interno.[1] El atentado terrorista más resonante fue el asesinato del alcalde comunista de Huamanga, Fermín Azparrent Taipe (Izquierda Unida), el 19 de septiembre.[3] El miedo a ser víctimas del terrorismo redujo significativamente el número de candidatos, de manera que en doscientos veinte distritos del país no se presentó ninguna candidatura.[1] En total, los terroristas asesinaron a treinta alcaldes, doce regidores y catorce candidatos.[4] Doscientos treinta y cinco alcaldes distritales y veintidós alcaldes provinciales abandonaron sus cargos antes de las elecciones.[1] Además, en varias provincias del país, principalmente en las zonas bajo estado de emergencia, no se realizaron comicios debido a la inseguridad y las amenazas constantes.[1] En respuesta a esta situación, los partidos políticos se reconfiguraron para enfrentar las elecciones. El oficialista Partido Aprista Peruano se presentó a los comicios sumido en el desprestigio político del gobierno de Alan García, debido a su fracaso en enfrentar el colapso económico más grave de la historia del país y en la lucha contra el terrorismo.[2] Las fuerzas de oposición de derecha se organizaron en torno de la figura de Mario Vargas Llosa, formando el Frente Democrático, compuesto por los tradicionales Acción Popular y el Partido Popular Cristiano, junto con el recién fundado Movimiento Libertad.[2] Por otro lado, la coalición Izquierda Unida se fracturó en dos, dando origen al Acuerdo Socialista de Izquierda, en torno a la figura de Alfonso Barrantes.[2] El día de la jornada electoral se caracterizó por un elevado grado de ausentismo y un aumento significativo de los votos en blanco y viciados, especialmente en las zonas bajo estado de emergencia tanto por las amenazas de Sendero Luminoso como por la desconfianza en las Fuerzas Armadas, generada por los asesinatos selectivos, las ejecuciones y las desapariciones extrajudiciales. Paradójicamente, los comicios se realizaron casi sin contratiempos y no hubo conflictos en el conteo de votos.[5] Los resultados mostraron el mejor desempeño de los movimientos independientes hasta ese momento: en Lima ganó Ricardo Belmont Cassinelli, el primer independiente electo para ocupar la alcaldía de la capital peruana en la historia.[6] En Huamanga, en medio de la violencia política y la intervención gubernamental en las elecciones, se anularon los comicios que habían sido ganados por la izquierda.[7] A pesar de su derrota en Lima, el Frente Democrático se alzó como la fuerza política más votada, aunque con un margen mucho menor del esperado, y con el mayor número de concejos provinciales. El Partido Aprista Peruano fue la segunda fuerza más votada, aunque sufrió un colapso estrepitoso, perdiendo casi dos tercios de su caudal electoral.[8] Este resultado fue particularmente notable, ya que el aprismo pasó de controlar casi todos los concejos provinciales del país a mantener menos de una quinta parte de ellos. Izquierda Unida, a pesar de su fractura, revalidó su liderazgo en el espacio de la izquierda sobre el Acuerdo Socialista, erigiéndose como la tercera fuerza política del país.[8] Sin embargo, esta elección marcó el principio del colapso del sistema de partidos peruano y el surgimiento de las candidaturas independientes, que hasta la actualidad dominan en todos los comicios subnacionales. La victoria de los independientes, aunque aparentemente menor, marcó el inicio del colapso del sistema de partidos tradicional. La victoria del outsider Belmont es considerada como una premonición de la llegada del outsider Fujimori a la presidencia del país al año siguiente.[9] Partidos y líderesA continuación se muestra una lista de los principales partidos y alianzas electorales que participaron en las elecciones:
ResultadosSumario general
Resultados por provinciaLa siguiente tabla enumera el control de las provincias donde se ubican las capitales de cada departamento, así como en aquellas con una población por encima o alrededor de 54.000. El cambio de mando de una organización política se resalta del color de ese partido. Notas
Referencias
Bibliografía
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