Voluntad de Dios![]() El concepto de aceptación a la voluntad de Dios es también el centro del islam (nombre que, justamente, se traduce como "sumisión"), con Abraham por patriarca y origen del pueblo árabe (a través de Ismael) al igual que del pueblo judío (a través de Isaac). De hecho, en la tradición musulmana el hijo legítimo de Abraham es Ismael y quien iba a ser sacrificado, mientras que en la tradición judeocristiana (la reflejada en el Génesis) es un hijo ilegítimo, y no interviene en el episodio del sacrificio.[1] Voluntad de Dios o voluntad divina es un concepto teológico del cristianismo y las otras religiones abrahámicas (judaísmo e islam). La creencia en la existencia de Dios como un ser personal implica la atribución a Dios, en cuanto persona, de las tres cualidades de la personalidad en sentido ontológico: memoria (memoria de Dios o memoria divina); inteligencia (inteligencia de Dios o inteligencia divina) y voluntad (libre albedrío). Desde el punto de vista cristiano no se entiende tal atribución de cualidades humanas a Dios como una antropomorfización (construcción de Dios a imagen del hombre), sino al revés, ya que el hombre es quien fue creado por Dios a su imagen y semejanza; de modo que las cualidades humanas de persona ontológica son, usando la terminología platónica, una sombra de las cualidades perfectísimas, o infinitamente perfectas, de la persona ontológica de Dios. Aceptación del hombre a la voluntad de DiosLa conformidad con la voluntad de Dios es una Virtud cristiana. Según la Fe Cristiana la persona que hace un buen uso de su libre albedrío, eligiendo hacer la Voluntad de Dios, está reconociendo que solo Dios puede proporcionarle la felicidad plena que anhela para sí mismo y para sus hermanos. Reconoce también que solo Dios puede conducir a las almas al mejor destino eterno. El religioso comprende esta situación como una manifestación de confianza en Dios al reconocerlo como a un padre amoroso que quiere caminar de la mano con nosotros, guiarnos, protegernos y llevarnos a la felicidad eterna: "El Cielo". En sentido figurado es como estar encadenados y esclavizados (pecado) y hubiera una cantidad innumerable de llaves distintas (caminos) para abrir tales cadenas y sólo Dios conoce la única llave que las abre (la Verdad). El que no hace la voluntad de Dios, se asemeja a aquel que va probando una a una las llaves pudiendo morir de hambre o sed en su intento. En cambio, el que hace la Voluntad de Dios, es como aquel que simplemente le pregunta al que ya conoce todas y cada una de esas llaves, sabiendo a perfección cual de ellas es la correcta, y luego simplemente la utiliza pudiéndose liberar y salir caminando. Entonces, desde el punto de vista religioso, hacer la Voluntad de Dios te hace libre y no hacerla te hace esclavo. Según el cristianismo, esa es una de las maravillas de Dios tan incomprensible para los incrédulos, pero tan bella y deseable para los que siguen a Dios con decisión, donde en ella encuentran la más plena felicidad. Según el cristianismo, hacer la Voluntad de Dios es una elección libre y voluntaria de la persona, de actuar conforme a la Voluntad Divina donándose a sí mismo a la causa de Dios, al igual que Dios en la persona de Jesucristo se donó libre y totalmente a nosotros para nuestra Salvación. En sentido religioso, hacer la voluntad de Dios es bueno para el alma porque logra ejercitar las virtudes cristianas de la Humildad, la Obediencia y la Fe. El plan de Dios desde la visión de la FeSegún la fe cristiana, "el Plan de Dios" es el camino que con amor infinito Dios ha trazado para cada persona desde antes de su nacimiento. Esta manifestación de su amor divino (al regalar una misión que cumplir a cada persona) proporciona un sentido trascendental a su vida. Pero a pesar de este plan particular para cada persona también existe un plan general o universal que es común a todos: "La Santidad". Según el cristianismo el "Plan de Dios" se conoce en íntima unión con Dios. La tradición de la Iglesia Católica enseña cómo los santos y beatos observaron y cumplieron con la voluntad de Dios en sus vidas. Como San Francisco de Asís, La Madre Teresa de Calcuta entre muchos otros casos. Textos bíblicosLa revelación divina es entendida como la manifestación de la voluntad de Dios a los hombres, recibida de las Sagradas Escrituras. En cuanto a la expresión "voluntad de Dios" en los textos bíblicos, hay algunos pasajes donde se utiliza expresamente,[2]
especialmente en las epístolas.
Véase también
Notas
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