Retrato de Felipe II (Sofonisba Anguissola)
El Retrato de Felipe II, es una pintura al óleo sobre lienzo (88 × 72 cm) de Sofonisba Anguissola que se conserva en el Museo del Prado en Madrid. El cuadro fue realizado en 1565, durante la estancia de la pintora italiana en España (1559-1571). HistoriaSofonisba Anguissola llegó a España como dama de la reina Isabel de Valois; pero ya era una pintora de reconocido prestigio y, de hecho, una de sus ocupaciones en la corte sería dar clases de pintura a la reina. Realizó varios cuadros de la familia real, aunque su sustento económico no dependió de ello. El cuadro fue pintado en 1565 y retocado en 1573 para hacerlo emparejar con el de su cuarta esposa Ana de Austria.[2] Según las investigaciones sobre el cuadro, en el retoque no se cambió la cabeza sino detalles de la vestimenta y se desplazó la mano derecha sobre el brazo de un frailero. Hasta su restauración en época moderna, este cuadro presentaba un colorido opaco y oscuro, con el fondo casi tétrico, lo que daba al rostro del rey un aspecto adusto que animó al pintor moderno Antonio Saura a crear múltiples versiones de Felipe II en su estilo expresionista. Habiendo sido atribuido por largo tiempo a Alonso Sánchez Coello, la eliminación de barnices oscurecidos y repintes –que devolvieron al cuadro su sutileza y claridad– facilitó su reatribución a Sofonisba Anguissola, cuya autoría fue confirmada en 1989 por la investigadora Maria Kusche.[3] Una versión posterior del retrato, realizada en busto por Sánchez Coello, se conserva en el Museo de Historia del Arte de Viena.[4] Descripción y estiloEl retrato de Felipe II es una de las imágenes más elaboradas de Anguissola, evidenciando matices característicos de esta pintora como la suavidad en el modelado, la iluminación difusa y la pincelada sutil y menuda que deshace por medio de delicados frotados.[1] La artista capta a la perfección la personalidad elegante y distante del monarca, presentándolo con una mirada limpia y directa que se aleja de la figura oscura y triste mencionada en una importante parte de la historiografía.[¿cuál?] La composición representa al rey de medio cuerpo, alrededor de los cincuenta años, con la dignidad y austeridad propia de los Austrias. Ataviado con ropajes negros, con cuellos y puños de encaje blanco, lleva en el pecho la insignia del Toisón de Oro a modo de colgante y en su mano izquierda sostiene un rosario.[5] La figura se recorta ante un fondo neutro de color oscuro, iluminada por un foco de luz emergente desde la parte izquierda que resalta los rasgos fisonómicos del soberano y la calidad de la tela de los ropajes.[6] Referencias
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