Juan Jaime Cesio
Juan Jaime Cesio (Córdoba, 1 de julio de 1926-[1] Buenos Aires, 23 de diciembre de 2017)[2] fue un militar argentino, general de brigada del Ejército Argentino, destacado por haber apoyado a organismos de derechos humanos durante la dictadura autodenominada Proceso de Reorganización Nacional, en una época donde la totalidad de los militares se hicieron cómplices por acción u omisión. Por ello fue perseguido y degradado. Recién en 2006 ―durante la Presidencia de Néstor Kirchner―, le fueron restituidos plenamente sus honores. Fue fundador del Centro de Militares para la Democracia Argentina (CEMIDA).[3] BiografíaInicios y carrera militar Nació en Alto Alberdi, barrio obrero de la ciudad de Córdoba. Hizo la escuela secundaria en el Liceo Militar General San Martín, de donde egresó como subteniente de reserva en 1943, y luego entró en el Colegio Militar de la Nación, donde se formó como oficial del arma de Comunicaciones. Fue discípulo informal de Emilio Estiú, profesor de filosofía de la Universidad Nacional de La Plata y tío de su esposa. Además, fue católico militante y miembro supernumerario del Opus Dei. Entre 1969 y 1971, fue agregado militar en Francia, donde le otorgaron la Orden Nacional del Mérito. En 1973, fue nombrado secretario general del Ejército. Acusación en su contraEn 1973, el coronel Cesio fue secretario general del Ejército, del teniente general Jorge Raúl Carcagno, aquel que en la décima Conferencia de los Ejércitos Americanos denunciara la llamada Doctrina de la Seguridad Nacional instaurada por Estados Unidos en Latinoamérica. Luego del golpe militar del 24 de marzo de 1976, el coronel Cesio acompañó a las Madres de Plaza de Mayo en una de sus marchas y declaró durante la dictadura que[3]
Esas declaraciones le valieron el inicio de un sumario por «deshonor e indecoro militar». Se pidieron para el coronel Cesio seis años de prisión mayor, pero el juicio terminó con el sobreseimiento del acusado. Pero de inmediato fue enjuiciado nuevamente por otro fuero, con lo que se violó el principio de cosa juzgada. Finalmente, el Superior Tribunal de Honor del Ejército le impuso, el 7 de noviembre de 1983, la más grave de las sanciones previstas: «Descalificación por falta gravísima al honor, con la accesoria de privación de su grado, título y uniforme». Fue condenado durante la dictadura de Reynaldo Bignone, apenas un mes antes de que Raúl Alfonsín asumiera la presidencia. La condena está firmada por el teniente general Cristino Nicolaides, jefe del Ejército Argentino de aquel entonces, en el decreto 3146 del 30 de noviembre de 1983. El Tribunal Militar, para condenarlo, sostuvo que[3]
Esa condena siguió firme durante más de dos décadas. Cumplió 96 días de prisión efectiva en el penal de Magdalena, donde además se le impuso el castigo de no asistir a misa más que los domingos, circunstancia particularmente dolorosa para un católico de misa diaria. El senador Hipólito Solari Yrigoyen y el diputado Alfredo Bravo presentaron proyectos para la rehabilitación de Cesio que no fueron ni siquiera tratados por las comisiones respectivas. El propio Cesio le envió una carta al entonces presidente Carlos Menem, que no obtuvo respuesta.[3] De acuerdo al historiador Osvaldo Bayer,[3]
En opinión de James Neilson, director del Buenos Aires Herald, el 15 de noviembre de 1983,
Ya en democracia, en 1984, fundó junto con otros camaradas el Centro de Militares para la Democracia Argentina, organización que buscaba la condena de las violaciones de derechos humanos, la reforma de las Fuerzas Armadas y la reconcialiación con la sociedad civil. Cuando tuvieron lugar las crisis de los carapintadas, durante el gobierno del presidente Alfonsín, ofrecieron su asesoramiento al poder ejecutivo. Rehabilitación y ascensoEl 23 de marzo de 2006, el presidente Néstor Kirchner, acompañado por todo el gabinete, le restituyó el grado militar al coronel Jaime Cesio, en un acto en el que también homenajeó al coronel Martín Rico, asesinado por la Triple A mientras investigaba a dicha banda paramilitar, que anticipó los métodos que iban a ser empleados durante el Proceso de Reorganización Nacional. Entre el público, las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo, militantes de derechos humanos, funcionarios, exfuncionarios y uniformados.[4] Kirchner pidió asimismo el ascenso de Cesio a general de brigada, nombramiento que había sido boicoteado por José López Rega en el Congreso antes de que los militares usurparan el poder.[5] El ascenso fue aprobado por la Comisión de Acuerdos del Senado un mes después.[6] Pensamiento
Referencias
|