Improvisación libre
La improvisación libre es música improvisada sin reglas previas establecidas, secuencias de acordes o melodías previamente acordadas. El término es en alguna forma paradójico[1] en tanto puede ser considerado como una técnica (empleada por cualquier músico que quiere olvidarse de géneros rígidos y formas) y como género reconocible en sí mismo[2]. Según Jaques-Dalcroze (1921), “la Improvisación es el estudio de las relaciones directas entre los impulsos ordenados por el cerebro y su ejecución por medio de los músculos, en orden a expresar nuestros propios sentimientos musicales”[3], por lo tanto este tipo de música suele tener estas características, aunque, al ser este tipo de música, no existen reglas que la definan en conciso. Debido a la tanta diversidad y complejidad con la que está conformada esta corriente musical, no es fácil delimitarla, por lo que el músico y guitarrista inglés Derek Bailey dijo que este tipo de manifestación musical es "efímera, fugaz, existe sólo mientras se practica"[4], en donde podemos entender que la música de improvisación libre es un tipo de manifestación artística ocurrente, que surge en el momento en el que el o los músicos están reunidos frente al público, trabajando a partir del sonido, en el cual "la toma de decisiones, las estrategias, los posicionamientos y la negociación en el seno de un grupo de improvisadores se produce en el aquí y ahora, aprovechando al máximo sus habilidades y capacidades heurísticas y siempre a partir del sonido".[5] A pesar de que el concepto de improvisación libre sea un término relativamente nuevo para hacer referencia a este tipo de música, la improvisación musical ha existido desde épocas antiguas, teniendo referencias desde la Edad Media, en donde, en los tratados Musica enchiriadis y Scolica enchiriadis (de c. 900), al ser la notación musical aún bastante imprecisa, y al utilizarse nuevas técnicas de composición (como las obras polifónicas, entre otras técnicas), los cantantes improvisaban una línea melódica sobre los cantos gregorianos.[6] La improvisación libre, como estilo de música, se desarrolló en Europa y EE. UU. en la mitad y fines de la década de 1960 en respuesta o inspirado por el movimiento del free jazz así como por la música clásica contemporánea. Entre los artistas más reconocidos dentro de este estilo están los saxofonistas Evan Parker y Peter Brötzmann, el guitarrista Derek Bailey, y el grupo improvisacional británico AMM, entre otros grandes influyentes y practicantes de esta manifestación artística. A pesar de las distintas controversias que se han suscitado con respecto al tema de si la improvisación es o no una manera de componer, en buena manera se puede decir que lo es, ya que en los lugares en los cuales no hay notación musical, y dentro de la misma manifestación de hacer música libre, se produce una manera espontánea de música, que se conforma a través de los sonidos.[7] Referencias
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