Tres historias de amor, odio, traición y vicio se entrecruzan: un abogado que es jugador compulsivo seducido por su sirvienta analfabeta, un joven periodista que vive con una madre quiere sacar provecho de su profesión y un matrimonio que se humilla mutuamente.
[1]
”La descripción del protagonista… es tan minuciosa, descarnada y atrapante que hace olvidar rápidamente cualquier bache narrativo…Coll y su talentoso equipo logran dotar al pueblo –abrumado por una lluvia omnipresente de un clima entre monocorde y opresivo. Pero por momentos la interesante imaginería visual, se diluye ante un reparto muy irregular.”
«Producto aburrido, discontinuo y chato, una interpretación equivocada y fallida de una excelente novela.»[1]
Luis Ormaechea en el sitio web otrocampo.com escribió:
«Si aceptamos que el tono declamatorio, las frases ampulosas y el uso de formas verbales compuestas…es un efecto poético deliberadamente buscado y no el resabio de cierto acartonamiento que caracterizó nuestro cine, podremos acceder a un texto que, a pesar de no estar plenamente logrado, tiene el inmenso mérito de apostar por un relato no convencional.»[1]
Manrupe y Portela opinaron:
«Vidas pueblerinas de la novela de Saer, bien recreado desde lo estético y lo formal (el modo de hablar de los personajes también sirve para remitir a otra época, algo rara vez tenido en cuenta). El esquema elegido… es el de la colección de historias independientes que hacia el final toman contacto, aunque el trayecto a veces es aburrido.[1]
Referencias
↑ abcdManrupe, Raúl; Portela, María Alejandra (2003). Un diccionario de films argentinos II 1996-2002. Buenos Aires: Editorial Corregidor. p. 50. ISBN950-05-1525-3.