Carlos el Calvo
Carlos II de Francia (en francés: Charles II),[1] llamado el Calvo («le Chauve») (Fráncfort del Meno, 13 de junio de 823-Monte Cenis (Avrieux), 6 de octubre de 877), fue un rey franco de la dinastía carolingia, uno de los hijos de Luis el Piadoso —y nieto de Carlomagno[2]— que compartieron el Imperio carolingio en 843. Rey de Aquitania ya en vida de su padre, fue rey de Francia Occidental de 843 a 877 y más adelante emperador de Occidente en 875. Nada más morir su padre empezaron de inmediato las guerras entre los hermanos a fin de repartirse el vasto imperio fundado por Carlomagno. Luis el Germánico, hijo del primer matrimonio de Luis con Ermengarda de Hesbaye, se alió con Carlos el Calvo contra el primogénito Lotario I en la batalla de Fontenoy-en-Puisaye (841), en la que Lotario fue vencido. Los Juramentos de Estrasburgo, primer testimonio escrito en una lengua romance, recogieron esa alianza en protofrancés y proto alto alemán. El tratado de Verdún en 843 fue concebido como una solución transitoria al enfrentamiento fraternal, aunque poco después sus estipulaciones fueron cambiando por el encadenamiento de los hechos. El imperio quedó definitivamente dividido —origen de la fragmentación política de Europa que perdura hasta hoy— y solo fugazmente se reunificará. En 869, tras la muerte de Lotario II, hijo de Lotario I, la Lotaringia se repartió entre Francia y Germania. En 875 murió Luis II el Joven, también hijo de Lotario I, y Carlos el Calvo fue nombrado emperador, reunificando el Imperio de su padre aunque no fuera más que durante un breve tiempo. Carlos era un príncipe de la educación y las letras, amigo de la Iglesia, y consciente del apoyo que podía encontrar en el episcopado contra sus nobles rebeldes, elegía a sus consejeros entre el alto clero, como en el caso de Guenelon de Sens, que lo traicionó, y de Hincmaro de Reims.[3] Poco antes de morir, el 16 de junio de 877, firmó la capitular de Quierzy, con la que quería regular la buena marcha del imperio en caso de fallecimiento de los nobles, estableciendo formalmente la heredad de los principados y de los cargos condales, lo que dio paso al nacimiento del feudalismo. En su reinado, Carlos el Calvo hubo de enfrentarse en su territorio a las invasiones normandas entre 856 y 861. Fue sucedido por su hijo, Luis el Tartamudo. BiografíaApodoCarlos debe su apodo de «el Calvo» a la siguiente circunstancia: desde 867, era abad laico de Saint-Denis. El 5 de mayo de 877, el día de la consagración por el papa Juan VIII[4] de la colegiata de Sainte-Marie, la futura abadía de Saint-Corneille de Compiègne, se habría rapado la cabeza en señal de sumisión a la Iglesia a pesar de la costumbre franca que requería que un rey tuviese el pelo largo.[5] Llevaba largos bigotes y caídos.[6] La abadía había sido fundada por Carlos un año antes. Orígenes e infanciaHijo del emperador Luis I el Piadoso (también llamado Ludovico Pío) y de su segunda esposa Judit de Baviera, Carlos nació en Frankfurt el 13 de junio de 823 u 820 según afirma Guy Breton[7] cuando sus hermanos mayores ya eran adultos y su padre les había asignado su propio regna , o subreinos. Fue confiado, a la edad de siete años, a un preceptor de renombre, Walafrido Strabo (c. 808/809-849), entonces monje del monastère de Reichenau, en Alamania, espíritu cultivado apegado al mito imperial, poeta, autor de un glosa que contiene comentarios de la Biblia, en la que se han basado durante siglos las interpretaciones del libro sagrado. Durante nueve años, Strabo aseguró la educación del joven príncipe, convencido del gran destino que le esperaba a su pupilo. Honores y nombramientos durante el reinado de Luis el PiadosoLuis el Piadoso se ocupó desde muy niño de asignar a Carlos un subreino. A partir de agosto de 829 en Worms, su padre lo nombró duque de Alamania, incluyendo Rhaetia, Alsacia y parte de Borgoña,[8] cuando tenía seis años. En septiembre de 832, a la edad de nueve años, lo nombró rey de Aquitania en Limoges, en sustitución de su medio hermano Pipino I de Aquitania; este último, habiendo ayudado a su padre en la rebelión contra sus hijos, recuperó su trono el 15 de marzo de 834 en Quierzy. En 837, en una dieta en Aix-la-Chapelle (Aquisgrán), su padre le concedió los territorios costeros situados entre Frisia y el Sena y pidió a los nobles que rindieran homenaje a Carlos como su heredero.[9] En 838, obtuvo un territorio asimilado a un reino que incluía Maine y la región entre el Sena y el Loira. Pipino de Aquitania murió en 838, y Carlos finalmente recibió ese reino,[9] lo que enfureció a los herederos de Pipino y a los nobles aquitanos.[10] En 839, el 28[11] o el 30 de mayo,[12] en la asamblea de Worms, Luis el Piadoso le dio parte de Francia occidental entre el Mosa y el Sena, el oeste y sur de la Borgoña, Provenza, Neustria, la marca de Bretaña, el Reino de Aquitania, Gascuña y Septimania. Los favores concedidos a Carlos el Calvo, en detrimento de sus medios hermanos, constituyeron la causa de los disturbios que agitarann el final del reinado de su padre, y del descontento que existió entre sus herederos. La división del Imperio (840-843)La muerte del emperador en 840 provocó el estallido de la guerra entre sus hijos inmediatamentes. Carlos se alió con su medio hermano Luis el Germánico, contra Lotario I, su otro medio hermano mayor, que aspiraba a excluirlos de la división del Imperio, así como a Pipino II de Aquitania, hijo de Pipino I de Aquitania, que había sido desposeído de su reino por Carlos el Calvo. Juntos, Luis y Carlos derrotaron a Lotario en la batalla de Fontenoy-en-Puisaye el 25 de junio de 841.[13] Al año siguiente, el 14 de febrero de 842, los dos hermanos confirmaron su alianza pronunciando recíprocamente los juramentos de Estrasburgo, pronunciados en lengua romance y en lengua tudesca para que fuesen comprendidos por las tropas tanto del oeste como del este de Francia. Las hostilidades cesaron en 843 y la guerra finalizó con la firma en agosto de 843 del Tratado de Verdún, que dividió el imperio de Carlomagno en tres reinos de tamaño comparable:
Cinco años después, el [15] en la catedral de Orleans, Carlos el Calvo, fue elegido y luego aclamado por los grandes del reino, siendo consagrado por el arzobispo de Sens, Wénilon (o Ganelón): 6 de junio de 848
Las guerras contra los bretones (843-851)En 841, Carlos el Calvo recibió el juramento de Nominoë, que había sido nombrado missus de Bretaña durante el reinado de Luis el Piadoso. Además, encomendó a un fiel aquitano, Bego (Bégon) la defensa de la orilla sur del Loira; Bego instaló a pocos kilómetros de Nantes una plaza fuerte (origen de la localidad de Bouguenais), pero pronto fue víctima de las disensiones dentro del campo franco. Carlos emprendió una campaña fallida contra Bretaña, al regreso de la cual firmó el tratado de Coulaines con su nobleza y clero.[17] A partir de 843, estallaron las hostilidades entre Carlos el Calvo y Nominoë. En 845, durante la batalla de Ballon, Nominoë obtuvo una victoria sobre Carlos el Calvo y en 846 se concluyó un primer tratado: Nominoë se convirtió en soberano de Bretaña. Durante la reanudación de las hostilidades en 849, los bretones llevaron a cabo numerosas incursiones en Francia occidental (Maine, Anjou, Poitou), y se apoderaron de las ciudades de Rennes y Nantes. El Erispoe, en la batalla de Jengland. Esta derrota le llevó a firmar en el mes de septiembre siguiente el Tratado de Angers por el que cedía a Erispoë los condados de Rennes y de Nantes así como el país de Retz, y le reconocía el título de rey a cambio del homenaje. 22 de agosto de 851, Carlos el Calvo fue derrotado porUnos años más tarde, bajo el reinado de Salomón, el nuevo rey de Bretaña, Carlos todavía se vio obligado a aceptar una ampliación del reino bretón. El 1 de agosto[18] o el 25 de agosto de 867,[19][20] por el Tratado de Compiègne, Carlos el Calvo concedió a Salomón la península del Cotentin y el Avranchin. Aparte de eso, los primeros años de su reinado, hasta la muerte de Lotario I en 855, fueron relativamente pacíficos. Durante esos años, los tres hermanos continuaron el sistema de "gobierno fraterno", reuniéndose repetidamente en Coblenza (848), en Meerssen (851) y en Attigny (854). Las incursiones vikingas y la guerra de 858 contra Luis el GermánicoLos vikingos intensificaron sus incursiones a partir de la década de 840 en el oeste del reino (saqueo de Nantes en 843 que provocó la muerte de un gran número de habitantes, incluido el obispo San Gohard; primer asedio de París en 845); saqueo de Burdeos en 848), lo que contribuyó a debilitar las posiciones francas frente a los bretones durante ese período. De 856 a 861, Francia occidental fue rapiñada varias veces por los entonces muy activos vikingos (segundo sitio de París) y tercer sitio de París (ver: cronología de las invasiones vikingas e incursiones vikingas en Francia). Varias veces, el rey Carlos se comprometió a darles grandes sumas para que se retirasen y dejasen de saquear las ricas abadías; los normandos recibían el rescate y regresaban más tarde.[3] Debido a su incapacidad para someter al invasor, los grandes del reino, encabezados por Roberto el Fuerte, se rebelaron contra Carlos y buscaron la ayuda de su hermano Luis el Germánico. Durante el otoño de 858, mientras Carlos II sitiaba la isla de Oscelle (Oissel) ocupada por los vikingos, Luis el Germánico, invitado por nobles descontentos deseosos de expulsar a Carlos, abandonó Worms e invadió el reino de los francos occidentales.[21] Recibió el homenaje de los aquitanos, de la mayoría de los vasallos de la corona y de una pequeña minoría de prelados bajo la autoridad del arzobispo Wénilon de Sens, quien incluso le dio la unción de la consagración.[22] Carlos era tan impopular que no pudo convocar un ejército y se vio obligado a refugiarse en Borgoña. Sólo se salvó gracias a la fidelidad de los Welf, que estaban emparentados con su madre, Judith, y al apoyo de los obispos, que reaccionaron y se negaron a coronar a Luis encabezados por el arzobispo Hincmaro de Reims. Reunidos en Reims el 25 de noviembre de 858, exigieron la salida de los francos orientales y el regreso de Carlos. Luis cumple y despidió parte de su ejército. Aprovechando la situación, Carlos logró reunir tropas y marchó hacia el norte. Los dos ejércitos se enfrentaron en Jouy, cerca de Soissons; al ver que el ejército de Carlos era más grande que el suyo, Luis se retiró sin presentar combate. En 860, también intentó apoderarse del reino de su sobrino Carlos de Provenza, pero fue rechazado.[3] Además, Carlos II tuvo que soportar varias guerras contra su sobrino Pipino II de Aquitania para mantener su control sobre Aquitania. Carlos dirigió varias expediciones contra los invasores vikingos y, por el edicto de Pîtres de 864, hizo que el ejército fuera más móvil proporcionandole un elemento de caballería, el predecesor de la caballería francesa tan famosa durante los siguientes 600 años. Por el mismo edicto, ordenó que se levantaran puentes fortificados en todos los ríos para bloquear las incursiones vikingas. Dos de esos puentes en París salvaron a la ciudad durante su asedio de 885-886. La Monnaie de Paris[23] fue instituida en 864 por ese mismo edicto de Pîtres: hoy es una de las instituciones francesas más antiguas. Carlosse emprendió acciones diplomáticas con el Emirato de Córdoba, recibiendo camellos del emir Muhammad I rn 865.[24] A partir de la década de 860, el palacio de Compiègne se convirtió en un centro cada vez más importante para Carlos, quien fundó allí un monasterio en 876.[25] En el siglo X, Compiègne era conocida como 'Carlopolis' debido a su asociación con Carlos.[26] Rey de Lotaringia (869) y luego emperador (875)Tras la muerte de su sobrino Lotario II, Carlos fue consagrado rey de Lotaringia el 9 de septiembre de 869 en Metz por el arzobispo Hincmaro de Reims,[27] afirmando el obispo de Metz Advence que todos los obispos y altos laicos de Lotaringia deseaban el ascenso de Carlos. Antes de la coronación, Carlos debió hacer promesas a sus nuevos súbditos.[28][29] Pero Luis el Germánico también intervino en Lotaringia: en agosto de 870, en el Tratado de Meerssen, Carlos tuvo que cederle parte del territorio.[30] La frontera entre sus dos reinos seguía entonces el Mosela y desde la ciudad de Thionville hacia la ribera del río Ourthe[31] en Bélgica, que muy probablemente servirá de hito para unir el Mosa con su desembocadura en el mar del Norte. El tratado también concedió a Carlos el Calvo la parte norte del reino de Provenza, el dominio (junto con Italia) del emperador Luis II el Joven,[32] hijo mayor de Lotario I. En 875, tras la muerte del emperador Luis II (hijo de su medio hermano Lotario), Carlos era el heredero del trono imperial, así como de los reinos de Italia y de Provenza. Apoyado por el Papa Juan VIII, viajó a Italia, recibiendo la corona real en Pavía y la insignia imperial en Roma el [33][3] exactamente 75 años después de la coronación de Carlomagno, fue coronado emperador por el papa Juan VIII. Como emperador, Carlos combinó los lemas que habían sido usados por su abuelo y su padre en una única fórmula: renovatio imperii Romani et Francorum, renovación del imperio de los romanos y francos. Estas palabras aparecieron en su sello.[34] 25 de diciembre de 875,Luis el Germánico, también candidato a la sucesión de Luis II, se vengó invadiendo y devastando los dominios de Carlos, y Carlos tuvo que regresar apresuradamente a Francia occidental. Después de la muerte de Luis el Germánico en Frankfurt el batalla de Andernach cerca de Coblenza. 28 de agosto de 876, Carlos, a su vez, aprovechó la oportunidad para invadir la Lotaringia oriental. Pero los hijos de Luis le infligieron una severa derrota el 8 de octubre de 876 en laMientras tanto, el papa Juan VIII, amenazado por los sarracenos, instaba a Carlos a acudir en su defensa en Italia. Antes de partir, entre el 14 y el 16 de junio de 877, promulgó el Capitular de Quierzy, considerado como el reconocimiento legal de la herencia del cargo de conde —lo que ya se hacía de facto desde hacía décadas— y de los honores, y por tanto uno de los fundamentos jurídicos del futuro feudalismo.[35] Luego Carlos volvió a cruzar los Alpes, pero esta expedición fue recibida con poco entusiasmo por los nobles, e incluso por su regente en Lombardía, Boso, y se negaron a unirse a su ejército. Al mismo tiempo, Carloman, otro hijo de Luis el Germánico, entró en el norte de Italia. Carlos, enfermo y muy angustiado, emprendió el camino de regreso a la Galia. Atacado por una pleuresía, se refugió en Aussois y murió a causa de esta enfermedad[36] el 6 de octubre de 877, en el pueblo de Brios,[37] el actual Avrieux, mientras cruzaba el paso del Mont-Cenis en Brides-les-Bains.[38][39][3] El rumor público acusa rápidamente a Sédécias (Zédéchias), uno de sus médicos judíos, de haberlo envenenado,[40] con la complicidad de su mujer Riquilda. TumbaSegún los Anales de St-Bertin, durante el regreso a París, debido a la descomposición del cuerpo y que los portadores no podían soportar el hedor, debió ser enterrado apresuradamente en la abacíal de Saint-Pierre de Nantua Borgoña. Según la tradición, siete años después de su muerte, Carlos el Calvo se apareció a un monje de Saint-Denis (ya un monje de Saint-Quentin-en-Vermandois). Por petición suya, el monje pidió a su hijo Luis II el Tartamudo que trajera el cuerpo de su padre a Saint-Denis.[41] Finalmente, en 884, sus huesos fueron devueltos a la iglesia abacial de Saint-Denis en una tina de pórfido[42] que puede ser la misma conocida como «tina de Dagoberto I», ahora en el Louvre.[43] Se registró que allí había un latón conmemorativo que se fundió en la Revolución. En efecto, el emperador y rey Carlos II, habiendo asumido el abaciato de Saint-Denis en 867, expresó el deseo de descansar en la abadía, precisando incluso el lugar de su futura sepultura, detrás del altar de la Trinidad..[44] La reina Ermentruda, su esposa, fue también enterrada en Saint-Denis en 869. Un hijo de la pareja imperial, Carlos, murió el mismo año que su padre en 877 y fue enterrado junto a su madre. Se ignora cómo era esa primera tumba imperial. Tres siglos y medio después, la construcción de una nueva tumba dio inicio a la reorganización bajo Luis IX del nuevo transepto y del coro de la basílica de Saint-Denis como lugar de recuerdo de la realeza. Cuando el abad Eudes Clément (1229-1245) partió para Rouen en 1245, la tumba de Carlos II el Calvo estaba acabada. Se trataba de una estatua yacente sobre una losa de bronce sostenida por pequeñas columnas. El emperador estaba representado en medio relieve, con la cabeza coronada descansando sobre un cojín y los pies sobre un león. La mano derecha sostenía un cetro con flores de lis, la izquierda una esfera. Dos querubines, colocados en las enjutas del trilobulado que enmarcaba la cabeza del soberano, sostenían incensarios y lanzaderas. Una inscripción en huecograbado formaba el borde de la tumba recordando los beneficios que había otorgado a la abadía. El fondo de la placa estaba íntegramente esmaltado en azul, con flores de lis y red en oro. Varias placas de esmalte incrustado también decoraban los bordes de las túnicas y el manto. Cuatro leones de bronce, descansando sobre columnas gemelas de piedra muy cortas, sostenían esta mesa. En las cuatro esquinas, los eclesiásticos mitrados servían para llevar velas que se encendían regularmente en honor del emperador, como en Saint-Germain-des-Prés por el rey merovingio Childeberto I. El monumento estaba en medio del coro de los monjes, frente a la cruz que Carlos II el Calvo había ofrecido a la abadía, alineado con las tumbas de Felipe II Augusto y de Luis VIII ubicadas frente al altar mayor. La tumba del emperador marcaba el límite occidental del espacio funerario. Después de la jornada del 10 de agosto de 1792, la convención decidió fundir todas las estatuas y monumentos de bronce de la monarquía abolida. Las estatuas de bronce de las tumbas, así como las figuras de metal yacentes, fueron retiradas y fundidas durante los días de profanación de las tumbas de la basílica de Saint-Denis. Sólo los dibujos de François Roger de Gaignières guardan el recuerdo de la misma así como la descripción que hizo Viollet-le-Duc en su Dictionnaire raisonné de L'architecture. La desaparición de esta tumba, única en su género, dejó un gran vacío en la necrópolis real de Saint-Denis. Eugène Viollet-le-Duc previóé una reconstrucción a mediados del siglo XIX. Dejó dibujos pero ese proyecto nunca se realizó. Nacimiento del feudalismoContinuando la labor legislativa y organizativa de Carlomagno,[45] Carlos II dejó un gran número de capitulaciones, entre ellas el capitular de Quierzy, que fue particularmente importante para el desarrollo político y social del reino.[46]. En 847 promulgó el capitular de Meerssen, que marcó el comienzo del feudalismo. Carlos II invitaba a todo hombre libre a elegir un señor, ya fuese el rey u otro señor:
Siguiendo a Carlomagno, creador de un cuerpo de oficiales encargados de diezmar a los lobos en el imperio (la louveterie), Carlos II creó un cuerpo de oficiales especializados (los «bévari» o «bevarii», oficial de las castor (bièvres) especialmente encargados de cazar castores, muy buscados por sus pieles y desde la Antigüedad por el castóreo que producían (también es probable que los monjes se quejaran de los castores que voluntariamente represaban las zanjas de drenaje que entonces se cavaban en toda Europa para ganar nuevas tierras a los pantanos y bosques inundados); también fue acusado de degradar los cultivos que crecían a la orilla del agua.[48] Entre el 14 y el 16 de junio de 877, pocas semanas antes de morir, Carlos el Calvo promulgó la Capitular de Quierzy. Esta reconocía la herencia del cargo de conde (lo que ya se hacía de facto) y la herencia de los honores, lo que hacía que fuese ilegal revocar a un conde o negarse a otorgar el título de conde al hijo de un conde que acababa de morir como lo había hecho. sido posible hasta entonces (porque Carlomagno había creado originalmente el cargo de conde como funcionarios revocables). Este fue uno de los fundamentos jurídicos importantes del feudalismo.[35] Ascendancia
Matrimonio y descendenciaEl Quierzy, Carlos se casó con Ermentrudis de Orleans, de la familia de los Agilolfinges, con quien tuvo nueve hijos: 14 de diciembre de 842 en
Carlos luego se casó con Riquilda, de la familia de los Bosonidas, con quien tuvo una hija: La pareja también tendría otros hijos que murieron jóvenes, incluidos Pépin y Dreux, posiblemente mellizos, enterrados en la abadía de Saint-Amand.[33] En la ficción
Referencias
Bibliografía
Enlaces externos
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