Virgilio Mattoni
Virgilio Mattoni de la Fuente (Sevilla, 30 de enero de 1842- Sevilla, 22 de enero de 1923)[1][2] fue un pintor español del historicismo[3] y del realismo postromántico.[4] BiografíaFue hijo de Felipe Mattoni y María Lutgarda de la Fuente.[5] Nació en el barrio de Santa Cruz de Sevilla.[1] Desarrolló un gran aprecio por este barrio y vivió en él toda su vida.[1] Se bautizó en la iglesia del Sagrario, perteneciente a la catedral de Sevilla.[5] Se formó en la Escuela Provincial de Bellas Artes de Sevilla de 1856 a 1868, en la cual fue alumno de Eduardo Cano de la Peña y de Joaquín Domínguez Bécquer.[1] Entre mayo y diciembre de 1870 tuvo su estudio de pintura en el Alcázar de Sevilla.[1] A los 30 años, completó sus estudios en la Academia Chigi de Roma, entre los años 1872 y 1874, donde entró en contacto con otros artistas españoles como José Villegas, José Jiménez Aranda y José García Ramos, también pintores sevillanos, que le presentaron a Mariano Fortuny.[6] Regresó al barrio Santa Cruz de su ciudad y, entre diciembre de 1875 y abril de 1876, puso su taller de pintura en el número 15 del patio de Banderas. Posteriormente lo trasladó a la calle Maese Rodrigo y, luego, a la calle Cruces, número 7.[7] En 1886 la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid escogió a Mattoni como académico de número.[7] Este nombramiento le hizo también miembro de la Comisión Provincial de Patrimonio.[8] Ese mismo año diseñó un altar portátil para los cultos de la Virgen de la Paz de la parroquia de Santa Cruz.[9] En 1887 fue escogido como académico de la Sección de Pintura de la Escuela Provincial de Bellas Artes de Sevilla.[8] En 1914 fue nombrado académico de la Cátedra de Dibujo de esta escuela.[8] En 1896 el artista propuso al Gobierno que la escuela fuese llamada Academia de Santa Isabel de Hungría,[8] en recuerdo de cuando pasó a llamarse Real Academia de Bellas Artes Santa Isabel al ser constituida como real patronato en 1843 por Isabel II. Este nombre se perdió cuando la institución pasó a ser una escuela dentro de la Universidad de Sevilla. El nombre "de Santa Isabel de Hungría" se añadió a la institución en 1921.[10] En la primera mitad del siglo XX la Academia de Santa Isabel de Hungría se refundó como una institución independiente de la Universidad de Sevilla y con el mismo reglamento que la Real Escuela de Bellas Artes de San Fernando. En 1921 esta institución independiente pasó a llamarse la Real Academia de Santa Isabel de Hungría, por una petición realizada por José Sebastián Bandarán.[11] En 1896 fue nombrado secretario de la Escuela Provincial de Bellas Artes por el rector de la Universidad de Sevilla, de la que dependía.[12] En octubre de 1900 obtuvo la Cátedra de Aplicaciones del Dibujo Artístico a las Artes Decorativas en la misma Escuela de Bellas Artes.[12] En 1903 se encargó de la Cátedra de Composición Decorativa[12] y en 1906 de la Cátedra de Estudio de las Formas de la Naturaleza y el Arte.[12] En 1907 el cabildo catedralicio le encargó a una comisión formada por Virgilio Mattoni, Joaquín Bilbao, José Gestoso y otros artistas evaluar los cuadros de la catedral para cambiar la colocación de los más valiosos.[12] En 1916 dejó su cargo de secretario de la Escuela de Bellas Artes por estar ocupado con otras actividades de arte.[12] En 1917 fue nombrado director de la Escuela de Artes, Industrias y Bellas Artes.[12] Mantuvo relación de amistad con los escritores Miguel Rodríguez Seisdedos, Fernán Caballero y con Antonia Díaz Fernández de Lamarque y su esposo, José Lamarque de Novoa.[13] Participaba en tertulias en la casa del pintor José Sebastián Valladares, en la calle Pimienta número 8.[13] A estas acudía habitualmente Luis Lerdo de Tejada, ayudante de los duques de Montpensier.[13] Durante una temporada, Virgilio Mattoni tuvo su estudio en una estancia del palacio de San Telmo, donde residía el duque de Montpensier.[13] Falleció en 1923. A su muerte, Francisco Marco le hizo una mascarilla mortuoria.[14] Marco y sus discípulos elaboraron una lápida de mármol italiano en su memoria, con el busto de Virgilio en el centro flanqueado por dos figuras alegóricas de la pintura y la literatura.[14] Esta lápida fue colocada en la Escuela de Bellas Artes.[14] El ayuntamiento le puso su nombre a una calle del barrio Cerro del Águila.[2] ObraPracticó el retrato, el género histórico y los temas religiosos. Su estilo académico se acercó en ocasiones a las tendencias modernistas. Publicó algunos artículos en la prensa local sobre historia del arte.[2] Entre estos destacan el artículo Sevilla en sus pintores y su estudio sobre el retablo de San Bartolomé de la catedral de Sevilla, ambos de 1920.[2] En 1881 obtuvo la Segunda Medalla de la Exposición Nacional de Bellas Artes por su cuadro Las termas de Caracalla, que había pintado en Roma.[7] En 1887 obtuvo la Medalla de Segunda Clase en la Exposición Nacional de Bellas Artes por su cuadro Las postrimerías de Fernando III el Santo.[8] Sus principales obras de arte sacro son:
Sus principales retratos son:
Otras obras de este autor son:
Existe un cuaderno de apuntes del autor, realizado en 1892, con cinco dibujos con apuntes:[18]
Galería
Bibliografía
Enlaces externos
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