Villalba de los Arcos
Villalba de los Arcos[2][3][4] (en catalán, Vilalba dels Arcs) es un municipio y localidad española de la provincia de Tarragona, en la comunidad autónoma de Cataluña. El término municipal, ubicado en la comarca de la Tierra Alta, tiene una población de 619 habitantes (INE 2023). GeografíaEl término municipal de Villalba de los Arcos, de 67,09 km² de extensión, se encuentra en el sector septentrional de la comarca de la Tierra Alta. Limita al este con el término de La Fatarella, en el sureste con Gandesa, al suroeste con Batea, al noroeste con Puebla de Masaluca y al norte con el municipio de Ribarroja de Ebro, perteneciente a la comarca de Ribera de Ebro. Se extiende entre el valle de Voravall y una serie de elevaciones a levante y que forman parte de las montañas de la Fatarella, entre las que destaca el cerro de la Gaeta (548 m). Todo el territorio es muy escarpado y está surcado por el barranco de las Capçades y otros que llevan las aguas del Ebro a través del valle de Voravall y el valle de las Comes. ToponimiaHasta la reforma de la nomenclatura municipal de 1916 el municipio se llamaba simplemente Villalba. En dicha fecha su nombre fue modificado por el de Villalba de los Arcos.[5][6] El topónimo oficial de Villalba de los Arcos[7] se modificó posteriormente al de Vilalba dels Arcs.[4] HistoriaEl municipio de Villalba de los Arcos formó parte de los extensos dominios que la Orden Templaria tenían en la alcaldía o encomienda de Miravet. Fue el comendador de Miravet, Bernardo de Campanisa, quien otorgó la carta de población de Villalba en 1224 a cuatro pobladores según el documento que se conserva publicado por Fuente y Ríos. Al pasar los bienes de la extinguida orden del Temple a la Orden Hospitalaria, en 1317, continuó bajo el dominio de éstos en la llamada Castellanía de Amposta y dependía directamente de la encomienda hospitalaria de Ascó. La despoblación del siglo XIV provocada por las epidemias hizo perder la condición de universidades o municipios autónomos. A finales del siglo XV se creó la encomienda de Villalba, y según Anton Monner el primer comendador fue Juan de Lianyi (1485) y el último, Gaspar Catalán (1787). La encomienda dejó de tener vigencia efectiva con la llegada la desamortización. La encomienda representó una época de esplendor para la población que se puso de manifiesto en la construcción de la nueva iglesia en el siglo XVII. En la Guerra de los Segadores, el 10 de enero de 1643, las tropas castellanas saquearon la villa. Una vez terminada, en 1652, operaron, sobre todo por Villalba y la Fatarella, bandas de miquelets, hasta el 1685, algunos de los cuales murieron luchando contra las tropas del rey, y otros ahorcados en la plaza pública. Durante la Guerra de Sucesión, en el hospital de la ciudad murieron muchos soldados malheridos y el foso de la Cofradía de Engracia fueron enterrados numerosos muertos de uno y otro bando. El 29 de enero de 1706, los castellanos ocuparon la población, que no pudo ser recuperada por la Generalidad. Hasta en 1759 hubo una tropa de ocupación de 50 soldados. En las guerras carlistas, la ciudad se fortificó; la población era favorable a los carlistas, aunque un buen número de villalbinos luchó contra Cabrera en los sitios de Gandesa. En la última guerra civil, a lo largo de los meses de julio a noviembre de 1938, fue uno de los puntos donde se estabilizó el frente republicano en la durísima batalla del Ebro, en el lugar conocido por los Cuatro Caminos, lo que comportó la destrucción de una buena parte de la villa. DemografíaCuenta con una población de 619 habitantes (INE 2023).
EconomíaActualmente la principal base económica es la agricultura con un predominio de la producción vinícola, también se cultiva almendros y olivos. La Cooperativa Agrícola de la Hermandad fue fundada en 1961 y elabora esencialmente vinos blancos, variedad garnacha blanca y macabeo de la Tierra Alta, y aceites. Por otro lado hay una incipiente economía basada en la producción de talleres de confección. Fiestas y tradicionesEs conocida la representación de La Pasión de Villalba de los Arcos durante la Semana Santa. El Jueves Santo y el Sábado Santo la población se convierte en el Jerusalén del siglo I donde las calles medievales y las fachadas de las casas hacen de telón de fondo de esta singular obra de teatro al aire libre. Referencias
Bibliografía
Enlaces externos
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