Vega Baja del Segura
La Vega Baja del Segura, o la Vega Baja (en valenciano, y cooficialmente, el Baix Segura),[1] es una comarca de la Comunidad Valenciana, España. Está situada en el extremo sur de la provincia de Alicante, en el límite con la Región de Murcia. Su capital y ciudad más importante históricamente es Orihuela, ciudad situada en la llanura dentro del municipio más extenso de la comarca y segundo en población, con 77 414 habitantes (INE 2019). La ciudad de Torrevieja, situada en la costa, es la primera en población con 83 337 habitantes (INE 2019). La comarca la componen 27 municipios repartidos en dos partidos judiciales: Orihuela y Torrevieja. El relieve de la comarca es llano en la vega del curso bajo del río Segura, cuyo aprovechamiento es agrícola de regadío, principalmente huertas, que contrasta con la aridez de la zona montañosa donde predominan los cultivos de secano. A ambos lados de su desembocadura, la comarca se abre al mar, al litoral de la Costa Blanca. La lengua predominante en la comarca es el castellano en su variedad murciana. De la Vega Baja es originario el plato milenario arroz y costra y la gastronomía de la huerta. En esta comarca destaca su calidad en productos agrícolas, siendo la industria alimentaria una de las más importantes. También destaca el turismo extranjero en la costa. Municipios
GeografíaLa comarca de la Vega Baja del Segura se corresponde con la Zona Geográfica de la Huerta de Orihuela, la zona de regadío más importante de la provincia de Alicante, con más de 275 000 habitantes y que debe su riqueza a las aguas del río Segura que fertilizan la huerta oriolana. De escasa pluviosidad (Orihuela 291 mm, Torrevieja 243 mm) la comarca ha sufrido durante muchos años las crecidas devastadoras de este río (1651, 1879, 1946, 1973, 1987, 2019), por lo que tuvo que ser canalizado y no se desbordaba desde entonces, hasta las últimas inundaciones de diciembre de 2016 y septiembre de 2019.[2][3] En 1987 se inundaron 20.000 ha, lo que motivó las obras de defensa del río Segura aumentando la capacidad de evacuación de este, pasando de 120 m³/s en algunos puntos a 250 m³/s como mínimo. No obstante, se ha cuestionado la capacidad de este, ya que las peores inundaciones en el pasado siglo superaron los 1000 m³/s. La Vega Baja limita al norte con las comarcas del Vinalopó Medio y el Bajo Vinalopó, al este con el mar Mediterráneo y al oeste y al sur con la Región de Murcia (concretamente con las comarcas del Mar Menor, la Huerta de Murcia y la de Campo de Cartagena. Comprende el curso bajo del Segura y territorios adyacentes. Se distinguen claramente tres zonas en la Vega Baja:
El clima es mediterráneo subdesértico / subtropical seco. La costaLa costa está ampliamente edificada debido al gran «boom» turístico y residencial. Sin embargo, aún conserva importantes enclaves vírgenes como las dunas de Guardamar, Sierra Escalona, la Pinada y Dehesa de Campoamor y diversos barrancos y calas de mucho interés. Entre las edificaciones y urbanizaciones que han proliferado en la costa se debe de incluir 3 campos de golf que cuentan en la actualidad con 18 hoyos cada uno. Teniendo un total de 54 hoyos en un área de 1 700 000 metros cuadrados, configuran tres excelentes campos de reconocido prestigio internacional, sede de importantes torneos europeos.[4] En su territorio se distribuyen un buen número de urbanizaciones de amplitud muy diversa. Asimismo, de entre todas sus playas un gran número de ellas han conseguido en 2008 la bandera Azul de los mares limpios de Europa y la Bandera Qualitur de la Generalidad Valenciana. Sistemas montañososAunque la zona central de la comarca es un valle, la Vega Baja del Segura posee varios sistemas montañosos que la atraviesan. Los más destacados son:
Sierra Escalona es una amplia zona próxima al mar y con relieves de escasa altitud, situada entre los términos municipales de Orihuela, San Miguel de Salinas y Pilar de la Horadada. Conserva una importante masa forestal, más densa en barrancos y umbrías, formada principalmente por pino carrasco, madroño, coscoja, lentisco y palmito. Entre su fauna destacan las aves rapaces y algunos interesantes mamíferos como la jineta y el gato montés.[5] En la actualidad el expediente para su declaración como paraje natural junto a la Dehesa de Campoamor, está incoado y muy avanzado[6] .[7] Está declarada LIC .[8][9]
Con 634 m s. n. m. de altura en su punto máximo, la sierra de Orihuela está enclavada dentro del dominio bético. Junto con la sierra de Callosa forma una alineación montañosa compuesta por bloques de calizas dolomíticas del triásico, que emergen aisladas en medio de la llanura aluvial. Sus formas son abruptas y muy fragmentadas.[10] Toda la sierra presenta numerosas oquedades, abrigos y cuevas de desarrollo variable, lo que le confiere al abrupto paisaje una cierta singularidad y belleza geomorfológica. Entre su flora destacan manchas de pinar de repoblación y abundantes especies rupícolas con algunos endemismos .[11] Está declarada LIC.[12][13] Constituye un impresionante macizo rocoso enclavado en la línea divisoria de los términos municipales de Callosa de Segura, Cox y Redován, y junto con la sierra de Orihuela, forman un importante eje en la comarca de la Vega Baja. Forma parte del sistema Bético y representa el único afloramiento de estas características en toda la Comunidad Valenciana. La sierra se yergue como un enorme monolito que asciende desde la planicie hasta los 578 metros de altura en su pico más alto llamado «La Cruz de En Medio» y, en su parte sudeste, abraza el núcleo urbano, lo que ha posibilitado su fácil acceso a través de calles y caminos. La proximidad al río Segura y sus fértiles huertas han hecho que, históricamente, se hayan asentado sobre las laderas de la sierra numerosas e importantes civilizaciones (culturas del argar, ibérica, romana, musulmana, hasta nuestros días), dejando a su paso valiosos materiales de distintas épocas que se recogen en el Museo Arqueológico Municipal. La sierra de Callosa es centro de atención para todos los ciudadanos que habitan en sus laderas, y también lo es para viajeros y visitantes que, de una forma u otra, recalan por este paraje admirando la belleza con la que se emplaza sobre el paisaje de la Vega. Gracias a sus grandes desniveles y por su altitud, nos ofrece lugares privilegiados desde los que podemos disfrutar contemplando bellísimas panorámicas. En la sierra contamos con dos lugares muy entrañables para el pueblo, como son el Santuario de San Roque y la Ermita de La Pilarica, más adentrada en la sierra, enclavada en un bello paraje para el esparcimiento.
Sierra situada entre las poblaciones oriolanas de Arneva y Hurchillo, representa uno de los relieves más característicos localizados entre la margen derecha del río Segura y el litoral alicantino. En ella se conservan dos microrreservas de flora[14] En su cima se encuentra el repetidor que da cobertura televisiva a la comarca.
Zona geográfica situada entre las pedanías oriolanas de La Murada y Barbarroja. Esta zona es la más septentrional de la comarca. Supone una importante zona con multitud de barrancos, ramblas y abundantes pinares con nutrida fauna. Otras zonas paisajísticas
Importante masa forestal compuesta por palmeras datileras autóctonas. Se encuentra situado en el barrio de San Antón de Orihuela, en la falda trasera del monte de San Miguel y en la delantera de la sierra de Orihuela. Su origen es musulmán, hecho que marcó su tramado de acequias y azarbes que surcan todo el parque. Su importancia además de cultural por ser el segundo palmeral más grande de Europa y uno de los más antiguos, es también medioambiental, al ser el único palmeral del mundo que ha surgido al abrigo de una sierra y un monte y ante una extensión húmeda como es la huerta. Su superficie se encuentra claramente delimitada por estos accidentes geográficos tan predeterminantes como son la sierra de Orihuela, el monte de San Miguel y la Huerta Oriolana. La convivencia destas zonas geográficas (zona muy seca como es la sierra y muy húmeda como es la huerta) han dotado al palmeral de una importancia medioambiental de gran calado. En la actualidad se tramita su Declaración como Patrimonio Mundial de la Humanidad por su importancia histórica, cultural y medioambiental como ecosistema único en el mundo.
Las lagunas de La Mata y Torrevieja son dos lagunas catalogadas como parque natural por la Generalidad Valenciana. Este paraje de 3743 hectáreas acoge gran variedad de flora y fauna. En el interior de las lagunas la vegetación es casi inexistente debido a la gran salinidad de sus aguas, pero en las redondas de las lagunas existen interesantes ejemplares propios del saladar como el Arthrocnemum macrostachyum el Juncus subulatus, o el Juncus acutus y especies de los géneros Suaeda, Salicornia, Salsola. También se encuentran las estepas con saladillas (Limonium vulgare) y los senecios (Senecio auricula), junto a estos se encuentra la orquídea silvestre Orchis collina. Al sur de la laguna de la Mata existe una zona con vegetación típica mediterránea como el coscojar, el pino carrasco, el tomillo, el albardín, y una pinada de repoblación de pino piñonero, pino carrasco y eucaliptos. En donde existen aportes de aguas superficiales como ocurre en la orilla norte de la laguna de la Mata y en algunos tramos aislados de la de Torrevieja, donde se dan condiciones de Saladar-húmedo, hay formaciones de carrizal-juncal, con Phragmites communis, Cladium mariscus, etc. En las zonas de salinidad poco pronunciadas, pero no encharcadas, encontramos ejemplares de taray y siemprevivas. Sin lugar a dudas, una de las especies estrellas del parque es el flamenco, que llega a contar con 2000 ejemplares durante la época de cría. También es importante la presencia del zampullín cuellinegro con hasta 3000 ejemplares. Del resto de aves también son de destacar la cigüeñuela, el tarro blanco, el aguilucho cenizo, la avoceta, el chorlitejo patinegro, el charrán común, el charrancito y el alcaraván. Por último es importante reseñar la existencia de la Artemia salina, un crustáceo poco común debido al elevado nivel de salinidad que necesita en las aguas en las que vive.
Este espacio forestal tiene 800 hectáreas de extensión y en su origen fue un conjunto de dunas de arena móviles, que fueron fijadas a través de la plantación de diversas especies vegetales como pinos, palmeras, cipreses o eucaliptos. A fin de frenar el avance de las dunas sobre el pueblo (producidas éstas por los sedimentos del mar y el río, y arrastradas por el viento de levante), se inició este proyecto de plantación del pinar de Guardamar en el año 1900, finalizando en los años 30 y dando lugar a la actual masa forestal consolidada al lado del mar. Esta pinada, dividida actualmente en dos parques denominados parque de Alfonso XIII y parque Reina Sofía, se extiende entre el centro de la ciudad y las playas de Babilonia y de los Viveros.
En el accidente geográfico marítimo del Cabo Roig, en la costa de Orihuela se encuentra una nutrida zona marítima correspondiente a las praderas de Posidonia. Dichas praderas constituyen un importante hábitat marino que ha sido protegido como Lugar de Interés Comunitario.[15][16] HistoriaLa Vega Baja del Segura como comarca ya aparecía en textos antiguos como se demuestra en el mapa de las comarcas de Emili Beüt en "Comarques naturals del Regne de València" (Comarcas naturales del Reino de Valencia) publicado en 1934. Sin embargo en el territorio comarcal hay vestigios humanos desde el Calcolítico (segunda mitad del tercer milenio a. C.) aunque el primer asentamiento debió producirse durante el Solutrense (20000 a. C.), habiendo también pasado por estas tierra la cultura Argárica, Bronce Final y Hierro Antiguo donde los pobladores de esta última fundaron el poblado que está situado en Los Saladares en Desamparados (Orihuela) y el de Cabezo Lucero, en Rojales. Este poblado fue conquistada por los íberos.[17] La expansión de la cultura de Los Millares por esta comarca, pasó de una economía ganadera a una economía agrícola o mixta. La mejora en las técnicas de fundición de metales llegó de la provincia de Almería unos 3500 años atrás con la denominada cultura de El Argar, instaurando una sociedad jerarquizada basada en una incipiente especialización en el trabajo. En la necrópolis de San Antón se hallaron enterramientos en tinajas y también en forma de túmulo, estas últimas destinadas a personajes importantes. La lenta evolución reflejada en los yacimientos de Los Saladares y de San Antón nos introduce de lleno en el mundo ibérico, donde surge ya un primitivo urbanismo en lugares dominantes y se utiliza la cerámica de torno y decorada. La presencia de los celtas que llegan en busca de la sal de Guardamar quedó rápidamente diluida entre la población ibérica. Estas dos razas darán aquí lugar al pueblo contestano. El primer contacto de la comarca de la Vega Baja con los griegos se produce en el siglo VI a. C., sirviendo el río Segura (llamado Thader en esa época) como vía de penetración para su comercio. La presencia de los fenicios es difícil de datar cronológicamente; es posible que fueran ellos los que enseñaron al núcleo ibérico la utilización del torno y el horno de alfarería. Los cartagineses cambiaron el tipo de comercio de los fenicios y griegos por el de dominación política, difundiendo además el uso de la moneda Asdrúbal en el 223 a. C. Estos establecieron la primera fortificación en este meandro del río Segura.[17] Pero poco después los romanos llegaron a estas tierras imponiendo su lengua, su religión y su cultura en general, llevando a cabo así el llamado proceso de romanización. Estos estuvieron aquí hasta la caída del imperio Romano y las posteriores invasiones germánicas. El Imperio bizantino conquistó estas tierras durante la época del Emperador Justiniano. Los visigodos no eran muy bien vistos por la población hispanorromana de estas tierras ya que estos reprobaban sus actitudes altaneras, soberbias, violentas y muy poco integradoras y los bizantinos ofrecían la misma religión (la cristiana, esto fue antes del Cisma de Oriente), una misma lengua (el latín), el espíritu comercial bizantino, el recuerdo de la gloria de Roma y el deseo de revivir el imperio, vivo en los bizantinos y el deseo de servir a un emperador fuerte que asegure la paz de una vez por todas, y no a los reyes germanos que vivían batallando entre ellos, cosa que hacía la vida más insegura y evitaba la expansión comercial.[18] Los visigodos bajo el mando del rey Suintila, año 625, conquistaron toda la zona bizantina de Hispania incluyendo claramente a Orcelis. Los visigodos llamaron a Orcelis como Auriola y crearon allí una nueva provincia, la provincia de Auriola, siendo una de las ocho demarcaciones visigodas de Hispania y estableciendo la capital en ésta.[17] Durante el año 713 la conquista musulmana de la península ibérica estaba muy avanzada. El señor de Orihuela, por entonces Teodomiro o Tudmir (según las fuentes árabes) realizó un tratado con los musulmanes llamado Pacto de Tudmir[19] por el que su señorío, que comprendía a grandes rasgos las actuales provincias de Alicante y Murcia, algo de Valencia, Jaén, Granada y Almería; seguía manteniendo una cierta independencia pero en el 825, muerto ya Teodomiro, el reino pasa a ser reino dependiente del Emirato Omeya y dejando la capitalidad, que fue llevada a Murcia hasta que el Reino de Teodomiro pasó al Emirato de Córdoba. En el 929 el Reino de Teodomiro ya es el Reino de Murcia. En 1031 este reino se incorpora como Kura o Cora (provincia) del Califato de Córdoba. En 1037, ahora la Uryula (nueva denominación árabe) es parte del emirato de Valencia. Desde el año 1053 hasta 1212 fue cambiando de manos valencianas a murcianas y viceversa. El infante Alfonso, futuro rey Alfonso X el Sabio, conquistó Orihuela para la Corona de Castilla a mediados del siglo XIII (El 17 de julio de 1243 según algunos historiadores y leyendas, y de 1242 según otros), dotando a la ciudad de un Fuero Real en 1265, por el que Orihuela es repoblada por castellanos. Posteriormente, Jaime II de Aragón conquistó la ciudad, al igual que casi todo el Reino de Murcia, en el 1296 pasándola al Reino de Valencia, perteneciente a la Corona de Aragón. La mitad sur de la provincia de Alicante, incluyendo la comarca, pasó entonces, y tras la firma de la Sentencia Arbitral de Torrellas (1304) a pertenecer al Reino de Valencia,[20] aunque con un estatus jurídico particular, siendo capital de la Gobernación de Oriola y con derecho a voto en las cortes. Orihuela continua reforzando su capitalidad, ya que en el ámbito eclesiástico, en 1564, Orihuela obtiene la ya anhelada por sus ciudadanos diócesis de Orihuela, independizándose así de la diócesis de Cartagena gracias al rey Felipe II de España y al papa Pío IV,[21] construyéndose el Seminario en 1762, y en cuestión cultural, con la creación, en 1610 de la Universidad de Orihuela, regentada por los dominicos y que estaría en funcionamiento hasta 1807. En la década de 1570 el rey Felipe II concede la segregación del pueblo de Callosa de Orihuela que cambió su nombre por el de Callosa de Segura. En 1636 se segregó Rafal. Sin embargo, su peso relativo con respecto a otras zonas de la provincia fue paulatinamente decreciendo desde mediados del siglo XVII, en gran parte debido las pestes de 1648 y 1678 (de ahí su denominación actual de Orihuela) y la ruina de la agricultura comercial. La Bailía General pasaría a instalarse en la ciudad de Alicante en el 1647. A finales del siglo XVII el rey Carlos II concedió la segregación de uno de los puertos de Orihuela, Guardamar del Segura, entrada natural de las mercancías a la Gobernación de Orihuela, lo que le supuso una importante pérdida. Sin embargo, a principios del siglo XVIII se produjo un potente impulso colonizador de la comarca, apoyado por el cardenal Belluga y que se tradujo en una notable expansión económica y demográfica. En 1707, durante la guerra de sucesión española el gobernador de Orihuela y Marqués de Rafal, Jaime Rosell de Rocamora y Ruiz, se puso de parte del candidato austracista, el cual hizo de Orihuela capital de la provincia Ultra Saxonam. En plena guerra, un rayo cayó en el castillo haciendo explotar el polvorín y con esto el castillo, matando a todos los soldados de la guarnición allí existente. Finalizada la guerra, el rey Felipe V como forma de ultrajar a la ciudad de Valencia, cambió la Capital del Reino de Valencia a Orihuela, ordenando en ella la reunión de la Audiencia y de los síndicos. La aversión hacia la ciudad por parte del virrey de Valencia, el cardenal Belluga, quien poco antes la había saqueado y bombardeado, hizo cambiar al rey de opinión con la condición de si así no lo hacía, abandonaría el Virreinato. Finalmente, le fue devuelta la capitalidad a Valencia. Desde esa época la prosperidad de Orihuela cayó en picado. La pérdida de su castillo, la independencia en 1737 de Alicante, Elche, Monforte del Cid, Jijona, Villajoyosa, Agost, Busot, San Juan y Muchamiel de su provincia, formando la de Alicante, fueron las principales causas de su desplome. A finales del siglo XVIII, por decreto del rey Carlos III se segregó de la ciudad el municipio de Torrevieja, suponiendo la pérdida de las lagunas de la Mata y de Orihuela, donadas por el rey Fernando el Católico junto al monopolio sobre la sal a la ciudad de Orihuela. Tras la Segregación se le cambió el nombre a la segunda por el de laguna de Torrevieja. En 1799 Orihuela perdió su provincia, pasando a la de Alicante y durante la gobernación del rey francés José Bonaparte, dentro de la Organización territorial de España en prefecturas, pasó al Departamento del Río Segura, con capital en Murcia y más tarde, en 1822, a la provincia de Murcia. En marzo de 1829, el terremoto de Torrevieja hizo estragos en la población afectando a la mayoría de edificios y a los pocos restos del castillo que quedaban. En el proyecto de división provincial de 1822 se incluyó esta comarca en la provincia de Murcia, pero en la división provisional definitiva de 1833 fue finalmente incluida en la provincia de Alicante. La primera guerra carlista (1833-1839), tuvo una amplia repercusión en la comarca, especialmente en 1837 cuando el carlista Forcadell entra en Orihuela haciéndose fuerte frente a los gubernamentales.[22] La desamortización supuso un duro golpe para la ciudad y sobre todo para la jerarquía eclesiástica al perder múltiples posesiones como el actual municipios de Bigastro (perteneciente al Cabildo Catedral,) el actual municipio de Redován (perteneciente a la orden de Predicadores), así como la pérdida de numerosos inmuebles que poco a poco fueron comprados por la Catedral Oriolana (el convento de los Trinitarios, el convento de los Dominicos, el convento de los Agustinos, el convento de los mercedarios, etc.). En Sentencia del Tribunal Supremo de la década de 1870 se concedió a la diócesis de Orihuela y a la de León la posibilidad de reclamar las fincas perdidas por la desamortización merced al Concordato de 1855, pero esa reclamación nunca se produjo. Durante el breve capítulo que supuso la Primera República Española de 1873, se produjo el episodio de la toma de la ciudad oriolana por el cantonalista Antonete Gálvez al mando de un número desconocido de revolucionarios, que derrota al gobernador militar Ruiz Piñero, a cuyas órdenes solo se encontraban 40 carabineros y 11 guardias civiles, en las calles céntricas de la ciudad durante la batalla de Orihuela el día 30 de agosto. Al vencer la batalla los cantonalistas se creó el Cantón de Orihuela, destituyendo al ayuntamiento.[23] En 1884 llegó el ferrocarril a la comarca. A esta celebración tan importante vino el entonces presidente del Gobierno de la época, el señor Cánovas del Castillo e Isabel II.[22] La comarca llegó a su ruina en 1879 durante la riada de Santa Teresa, que causa 300 muertos y numerosas pérdidas materiales. El día 4 de abril de 1925, Su Majestad el Rey Alfonso XIII de España viajó hasta Murcia y Orihuela con el propósito de inaugurar varias obras de infraestructuras para riego en esta zona de España. Después de las inauguraciones, el Rey, sobre las seis y media de la tarde, siguió su camino hacia Alicante. En el trayecto, Callosa, Albatera, Crevillente y Elche, se encontró pueblos adornados, engalanados y con una multitud, que con vítores de "VIVA EL REY ALFONSO XIII" arropaban al Monarca. Cuando al paso por Callosa, Su Majestad se encontró tal muchedumbre en la plaza de España, que no tuvo más remedio, al ver el entusiasmo del numeroso público, que hacer una parada a la comitiva y saludar a las autoridades locales representadas por el Sr. Alcalde D. Carlos Galiana y D. José Lucas Ibáñez, líder político, quienes invitaron al Rey a visitar el templo: iglesia arciprestal de San Martín. Alfonso XIII fue obsequiado por callosinas ataviadas, con el traje típico con un par de botas de caza. En el transcurso de su parada y visita, forzada por los callosinos, se le solicitó el título de CIUDAD para la Real Villa de Callosa de Segura por D. José Lucas. Alfonso XIII inmediatamente aceptó dicha solicitud. Incapaz durante los siglos XIX y principios del XX, por sus estructuras sociales, de alcanzar una verdadera industrialización, el desarrollo del regadío iniciado en época musulmana transformó la estructura económica de la comarca, mencionado anteriormente. A este resurgimiento se le ha sumado el gran desarrollo del turismo, convirtiéndose así en un gran destino del turismo de sol y playa tanto de la Comunidad Valenciana, como de España que ha causado la revalorización de su zona costera haciendo que la costa se haya urbanizado masivamente, creándose nuevos puestos de trabajo y aumentando la población. Patrimonio culturalOrihuela
Torrevieja
Callosa de Segura
Daya Vieja
Daya Nueva
Pilar de la Horadada
Rojales
Almoradí
Guardamar de Segura
Albatera
San Fulgencio
Redován
Cox
Algorfa
Jacarilla
PolíticaLa comarca, con capital en la ciudad de Orihuela, está formada por 27 municipios, que en temas judiciales están agrupados en dos partidos judiciales: el de Orihuela y el de Torrevieja. Los principales partidos políticos son el Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español, aunque Ciudadanos, Izquierda Unida, Los Verdes y otros 32 partidos locales también tienen representación municipal. Sin embargo, la estructuración comarcal de la Comunidad Valenciana está contemplada en su Estatuto de Autonomía pero, a pesar de que se hicieron numerosas propuestas a petición de la Generalidad Valenciana, no se ha aprobado una ley de comarcalización por parte de los gobiernos autonómicos que se han sucedido a partir de Joan Lerma, Presidente en 1987. En 1987, como consecuencia del Decreto del Gobierno Valenciano núm. 170 de 28 de octubre de 1985, se publicó una propuesta oficial de Demarcaciones Territoriales Homologadas (DTH) de tres grados, en la que no se utiliza en ningún momento la denominación de "comarca". En dicha propuesta, las delimitaciones de las DTH de primer grado coinciden en gran medida con lo que se conocen como comarcas, mientras que las DTH de segundo grado son agrupaciones de las mismas, y las de tercer grado son las provincias. La consecuencia práctica de esas demarcaciones, de momento, se ha limitado como referencia para la descentralización administrativa de los diferentes servicios prestados por la Generalidad, como la educación, la sanidad, o la agricultura. No obstante, aunque el mismo decreto contempla una eventual "incidencia territorial" de éstas DTH, es decir, que tengan órganos políticos o administrativos de nivel comarcal desde donde los municipios comparten sus competencias, como por ejemplo en Cataluña con los Consells Comarcals (Consejos Comarcales), todavía no se ha aprobado una disposición legal para ello. Por el contrario, las competencias compartidas entre diversos municipios actualmente se están articulando mediante otra figura administrativa, la mancomunidad, pudiéndose superar las delimitaciones comarcales actuales aunque no las provinciales. Demografía y economíaLa Vega Baja, tradicional comarca de emigración hacia la capital provincial, se ha convertido en los últimos años en la zona más dinámica de la provincia gracias al desarrollo de los regadíos y al turismo, contando con 383 247 habitantes (INE 31-12-2007). La población se reparte principalmente en la costa, debido al gran crecimiento anteriormente mencionado ocasionado por inmigrantes o turistas principalmente del norte e interior peninsular y los países europeos en busca del buen clima que tiene esta región española. Ejemplos de este crecimiento son Orihuela (la costa), Torrevieja, Guardamar del Segura y Pilar de la Horadada. Los dos primeros han sido recientemente de los municipios que más han crecido de España, Torrevieja con el 68'1% y Orihuela con el 40'3%. Seguidamente están los municipios cercanos a la costa que también han aumentado su población gracias a la inmigración de británicos, escandinavos y alemanes. Destacan San Miguel de Salinas y San Fulgencio. Este último cuenta con 10.583 habitantes (INE 2007) de los cuales el 75,9% es de nacionalidad extranjera,[24] lo que representa el mayor porcentaje de residentes foráneos de toda España y uno de los mayores de la UE, tratándose del único municipio español donde el inglés es la lengua más hablada por parte de la población. La economía de la Vega Baja del Segura ha sido tradicionalmente la agricultura. Primero fue de cereales, la vid y el olivo en los tiempos de los romanos. A partir de la conquista musulmana el cultivo fue de regadío, sobre todo de naranjas y limones. Estos cultivos fueron logrados gracias a la introducción de la acequia que perduran hasta hoy día y siguen siendo los principales cultivos, además de otras hortalizas y tubérculos como la patata, o árboles frutales como el almendro, este último en la zona de interior. Actualmente la mayoría de la población trabaja en el sector terciario, principalmente en el turismo y en el comercio, seguido de los sectores primario y secundario, destacando en el primario la agricultura y en el secundario la construcción y algunas industrias. LenguasTras la conquista por las coronas de Castilla y de Aragón a lo largo del siglo XIII, la lengua más hablada en la comarca siguió siendo el árabe andalusí debido al mayor peso demográfico de la población andalusí. Sin embargo, la progresiva llegada de nuevos pobladores de los reinos cristianos y la paulatina emigración de los mudéjares hacia el Reino de Granada y el norte de África hizo que la lengua de los conquistadores (castellano primero y valenciano posteriormente) fuesen convirtiéndose en las mayoritarias entre la población. A partir de la conquista aragonesa, la población mudéjar siguió fiel a su dialecto andalusí. Distinta era la realidad de la población cristiana, que utilizaba cotidianamente el romance. En ese sentido, un ejemplo del uso consuetudinario del valenciano es este documento de 1525 que, conservado en el Archivo Histórico de Orihuela, habla sobre las consecuencias de la Sentencia de Torrellas:
Otro documento importante es el que, publicado por el profesor Brauli Montoya,[26] ilustra la política de prohibición del valenciano que, iniciada a partir de los Decretos de Nueva Planta, fue aplicada también en la Vega Baja. Se trata de la "Carta Orden" recibida por el Pedro Buonafede, gobernador Militar de la ciudad de Orihuela, el 7 de abril de 1787, y remitida por el gobernador de la Sala del Crimen de la Real Audiencia del Reino de Valencia. En este documento, después de la exposición de motivos, que versa sobre el nombramiento de Joaquín Herrán como nuevo Gobernador, se dan instrucciones precisas sobre la instrucción de niños en términos que revelan que en el término de Orihuela, a finales del XVIII, el valenciano todavía no había desaparecido como lengua materna de una parte significativa de la población:
Ya en el siglo XIX, el epistolario de Teodoro Llorente nos ofrece un par de ejemplos sobre la vitalidad del valenciano en Orihuela, bien entrado el siglo XIX. En una carta fechada en diciembre de 1899, Pedro Díaz Cassou, abogado y estudioso de las tradiciones murcianas, afirma en una carta dirigida al patriarca de la poesía valenciana:
Por otra parte, Teodoro Llorente Falcó, hijo del famoso escritor, refiere en uno de sus artículos publicado en el diario Las Provincias cómo respondía el tío Pàmies, un viejo labrador, cuando se le preguntaba por qué siendo natural de Orihuela sabía hablar valenciano:
El proceso de sustitución del valenciano por el castellano comienza en los siglos de la Edad Moderna debido a cuatro factores: la repoblación castellana posterior a la expulsión de los moriscos en 1609, las epidemias de peste que a lo largo del siglo XVII diezmaron a la población local, las Fundaciones Pías que, por iniciativa del Cardenal Belluga implementaron en la comarca bolsas de nuevos repobladores provenientes de Castilla y finalmente los Decretos de Nueva Planta, que, como hemos visto en el documento antes referido, establecieron una política muy represiva contra el valenciano e impusieron el castellano como lengua preferente en todos los usos cultos y prestigiosos, siendo la variante murciana la más extendida ante su proximidad geográfica. Aunque, pese a todo, el valenciano se mantuvo como lengua viva en toda la comarca hasta entrado el siglo XIX, a principios del XX la sustitución está casi completada y el valenciano ya entonces sobrevivía solo en los núcleos de Barbarroja y Guardamar, hablándose en el resto de la comarca en dialecto murciano. Pese a la castellanización o murcianización, quedan aún hoy en día muchos restos de la lengua valenciana de la comarca:
La inmigración extranjera que ha recibido la comarca desde finales de los años 1990 ha originado la aparición de colonias importantes de hablantes de inglés, alemán y ruso. Véase tambiénReferencias
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