Timple
El timple es un instrumento musical de cuerda pulsada con cinco cuerdas,[1] típico y originario de las islas Canarias. Deriva de la guitarra barroca e instrumentos similares. Mide unos 55 cm. Su caja de resonancia es estrecha y el fondo es abombado en forma de joroba, por lo que se le conoce también como «camellito sonoro». La afinación habitual del timple es re-la-mi-do-sol (primera a quinta cuerda), donde el do y el sol son más agudos que el mi. Algunos de sus primos que han perdurado en los países iberoamericanos son:
También está emparentado con el cavaquinho portugués y con el guitarro mallorquín También es muy confundido con el ukelele OrigenSu origen es canario. En la actualidad está presente en todas las islas, como parte integrante esencial de las agrupaciones del archipiélago. Sin embargo, históricamente ha tenido un uso más extendido en Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote. En las islas de La Palma, La Gomera y El Hierro, donde el timple era prácticamente desconocido, mantuvieron instrumentos musicales más ancestrales como el pito, las chácaras y el tambor. En sus inicios era un instrumento de acompañamiento en las parrandas de tocadores, se solía tocar sólo rasgueando las cuerdas, en algunas islas se usaban timples de cuatro cuerdas. Con el paso del tiempo se fueron desarrollando diferentes patrones de rasgueo en cada isla. Antiguamente se podía saber de dónde era un ejecutante por cómo rasgueaba el timple, pero en la actualidad las y los timplistas tocan una mezcla de punteos, arpegios y rasgueos. LutieresUno de los primeros y más importantes fabricantes de timples a principios del S.XX fue Simón Morales Tavío, de la isla de Lanzarote, quien fabricaba de manera sistemática y conocida, llegando a hacer algunas piezas consideradas obras de arte. Sus timples estaban muy cotizados por su calidad de construcción. Durante el S.XX se difundió el uso del timple, aunque existiese con anterioridad, como instrumento no solo de acompañamiento, sino también como solista. Eso implicó que los fabricantes tuviesen que adaptarse a las necesidades y peticiones de los tocadores, como el aumento de la cantidad de trastes. Se configuraba así no solo la realiadad de un timple tradicional, que era constructivamente y morfológicamente más sencillo, y otra corriente de timples construidos con más detalle, adaptados a las necesidades de los timplistas solistas. Algunos lutieres trabajaron en el desarrollo de nuevas técnicas de fabricación, como Jesús Machín, quien diseñó y desarrolló, con Juan Molina, el primer timple electroacústico para José Antonio Ramos. Otros artesanos, como Vicente Corujo, Francisco Fariña, Abraham Luthier, Francisco de Rosa o David Sánchez, también han contribuido a las técnicas de fabricación, mientras que aún hay constructores que fabrican timples sencillos para acompañamiento en agrupaciones tradicionales. Fabricación y morfología del timpleLa fabricación es artesanal. Las producciones, algunas de artesanos de renombre, son demandadas por las agrupaciones folclóricas y timplistas profesionales, principalmente en Tenerife, Gran Canaria y Lanzarote. Tradicionalmente se ha llamado «timple» a todos los instrumentos derivados del timple original de 5 cuerdas y longitud de escala soprano (36 cm). Sin embargo, en los últimos años la proliferación de diferentes longitudes de escala ha complicado la situación un poco. Además no hay acuerdo en unas medidas estándar para la longitud de escala o tiro, cada cual utiliza una medida que considera apropiada. Realmente el problema radica en la falta de elección de cuerdas para timple que permitan encordar el mismo instrumento con varias tensiones a gusto del músico. Así por ejemplo un constructor considera que una escala de 38,5 cm está bien para un timple de concierto porque tiene una tensión media a la hora de tocar, mientras que otros llegan a 39 cm para conseguir más tensión en las cuerdas y facilitar el punteo al músico. En algunos casos se ven timples de 41 cm que al ser afinados en Re adquieren una tensión de cuerdas significativa y muy apreciada por músicos como «El Colorao», Domingo Rodríguez Oramas. Las partes del timple son:[2]
Además de la electrificación del timple, cada vez más común, se están realizando trabajos con materiales como la fibra de carbono y el plástico utilizado en el timple hecho con impresora 3D. Tipos de timpleLos timples se clasifican en función de la longitud de su escala musical, es decir, la distancia entre las dos cejillas: puente y pala. Los constructores no utilizan las mismas dimensiones y además existen varios nombres que se han ido utilizando de manera incorrecta como contra o timple de concierto (cualquier timple que esté muy elaborado y parezca hecho para un profesional, aunque mida 43 cm de escala).
ComposicionesHoy en día tiene gran aceptación entre los músicos profesionales y orquestas. Se ha iniciado su expansión internacional especialmente por América, con la especialidad de su sonido. Se encuentra en trámites su aprobación para la enseñanza oficial en los Conservatorios de Música de Canarias. Existe una amplia literatura sobre el timple, especialmente de métodos de enseñanza, realizados principalmente por profesores de música. Los principales timplistas también han realizado sus propias publicaciones, como Ramos, El Colorao, Cabrera o Izquierdo. También existen publicaciones de partituras y de investigación histórica. TimplistasAlgunos de los nombres más conocidos son Totoyo Millares, José Antonio Ramos, el «majorero» Domingo Rodríguez Oramas «El Colorao» y Benito Cabrera. Sin embargo, hubo muchos otros intérpretes y solistas anteriores, como Argelio Rojas «Rojitas», Agrícola Álvarez (quien además fabricaba timples), o Casimiro Camacho. A comienzos del siglo XXI, surgió una generación de timplistas jóvenes. Algunos nombres destacados son José Domingo Curbelo, Alexis Lemes, Althay Páez, Beselch Rodríguez, Yone Rodríguez, Pedro Izquierdo, Germán López, Josele del Pino, Gabriel García, Abraham Ramos Chodo, Abraham Ramos Sánchez, Javier Castro-Gomis, Juan Pablo Pérez López, Jesús Martín o Ismael Campos. Desde el punto de vista de la innovación, destaca el director y fundador del grupo Artenara, Enrique Mateu, el primero en utilizar los timples de seis y doce cuerdas. Referencias
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