La necrocinesis, transporte o dispersión post mortem es un proceso tafonómico, propio de la fase bioestratinómica, que consiste en el desplazamiento por agentes naturales, geológicos o biológicos, de restos susceptibles de convertirse en fósiles, desde el lugar de su producción biogénica (muerte o realización) hasta su acumulación final sobre el sustrato, antes del enterramiento.[1]
La necrocinesis incluye, entre otros, los procesos de desplazamiento por gravedad, los verticales en un medio subacuático por variación del contenido de gases y fluidos de un cadáver (ascenso o descenso hasta su posición de equilibrio hidrostático), la deriva necroplanctónica o necrocinética (por viento o corrientes hidráulicas) o la resedimentación por agentes de transporte (desplazamiento lateral de un resto previamente acumulado).[2][1]
Algunos ejemplos de desplazamientos necrocinéticos
Restos esqueléticos de presas de rapaces u otros carnívoros transportados en el sistema digestivo del predador y excretados como excrementos o egagrópilas a kilómetros del lugar de captura.[4]
Cadáveres de vertebrados terrestres arrastrados por una corriente fluvial hasta la desembocadura o más allá y que pueden acabar en el litoral o incluso en el fondo marino, muy alejados de su ecosistema y área de distribución.[3]
Restos de organismos nectónicos que, tras la muerte, caen hasta el fondo marino.[3]
Conchas de cefalópodos (ej.: Nautilus actuales o Ammonoidea extintos) que, una vez fallecido el organismo, adquieren una alta flotabilidad por los gases de la descomposición que dura hasta varios meses después, pudiendo llegar a ser arrastrados por vientos y corrientes marinas a varios miles de kilómetros del lugar de origen.[3][5]
↑ abFernández López, S.R. (2000). «Temas de Tafonomía». Departamento de Paleontología, Universidad Complutense de Madrid. p. 167. Consultado el 30 de abril de 2011.
↑Fernández-López, S. R. (1998). «Tafonomía y fosilización». En: Meléndez, B. (ed.) Tratado de Paleontología. Tomo I. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas: 51-107, 438-441
↑ abcdRaup, D.M. y Stanley, S.M. (1978 [1971]). Principios de Paleontología. Editorial Ariel. p. 456. ISBN84-344-0145-2.