Lóbulo (cerebro)
Un lóbulo es una parte de la corteza cerebral que subdivide el cerebro según sus funciones. El cerebro humano se divide en 6 lóbulos funcionales[1] principales: lóbulo frontal, lóbulo parietal, lóbulo temporal, lóbulo occipital, lóbulo de la ínsula y lóbulo límbico.[2][3] AnatomíaLóbulo frontal: situado en la parte anterior, por delante de la cisura de Rolando. Este lóbulo da la capacidad de moverse (corteza motora), de razonar y de resolver problemas, parte del lenguaje y las emociones. Lóbulo parietal: se halla por detrás de la cisura de Rolando y por encima de la cisura lateral; por detrás limita con la imaginaria cisura perpendicular externa. Encargado de las percepciones sensoriales externas (manos, pies, etc.): sensibilidad, tacto, percepción, presión, temperatura y dolor. Lóbulo occipital: es el casquete posterior cerebral, que en muchos animales tiene límites bien definidos, pero que en el hombre ha perdido su identidad anatómica. Siendo delimitado por el surco parietoccipital, estando posterior a este. Encargado de la producción de imágenes. Lóbulo temporal: localizado por delante del lóbulo occipital, por debajo y detrás de la cisura de Silvio, (aproximadamente detrás de cada sien), desempeña un papel importante en tareas visuales complejas como el reconocimiento de caras. Está encargado de la audición, equilibrio y coordinación. Es el «centro primario del olfato» del cerebro. También recibe y procesa información de los oídos, contribuye al balance y el equilibrio, y regula emociones y motivaciones como la ansiedad, el placer y la ira. Lóbulo insular: es un lóbulo que está escondido o enterrado, situado bajo el surco lateral en el lóbulo temporal. Si quitásemos esta zona de la corteza cerebral, veríamos que hay aún más cerebro con esta estructura. En otras palabras, la ínsula se clasifica como el lóbulo escondido del cerebro.[4][5] Lóbulo límbico: es un lóbulo que es más funcional que estructural, en el sentido que atraviesa las uniones del lóbulo frontal, parietal y temporal. Comprende el giro cingulado, que está separado del resto de la corteza cerebral por el surco cingulado. El lóbulo límbico continúa hacia el lóbulo temporal hasta el giro parahipocampal, el cual se combina con el giro cingulado para formar el lóbulo límbico. Esto forma casi un círculo completo, que en latín es un limbo. Funciones de los lóbulos cerebralesEl concepto de “función cerebral” ha cambiado al de “sistema funcional” complejo, las funciones no se localizan en zonas restringidas de la corteza cerebral. Están organizadas en sistemas de zonas, que trabajan armónicamente en áreas diferentes y distantes del cerebro.[6] Cada uno de los 6 lóbulos del cerebro humano[1] tienen funciones ligeramente distintas:
Puntos de referencia de los lóbulosEn la anatomía macroscópica del cerebro hay unos puntos de referencia que marcan cada uno de estos lóbulos cerebrales:
Véase tambiénReferencias
Enlaces externos
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