Argentina: yarará, yarará picuda, yarará grande,víbora de la cruz, picuda del delta.
Brasil: boicoatiara, boicotiara (idioma tupí), coatiara, cotiara (sur de Brasil), cruzeira, cruzeiro, jararaca de agosto (Río Grande del Sur, región de la laguna de los Patos), jararaca rabo-de-porco (Río Grande del Sur); urutú.
Ha sido reportado que esta especie puede exceder 2 m de longitud, aunque otros registros verifican un máximo de 170 cm (Aunque al este de Uruguay se registraron varios de estos animales de más de 2 metros de largo). El largo promedio es de 80-120 cm, con hembras significativamente más largas y más pesadas.[3]
A cada lado de la cabeza tiene una foseta loreal ubicada entre el ojo y el hocico, que sirve para detectar presas que emiten radiación infrarroja. La foseta loreal es una característica compartida con las demás víboras de foseta.
Historia taxonómica
Durante el siglo XX fue incluida en el género Bothrops, formando parte del grupo de especies ‘alternatus’,[6] pero en 2009 fue trasladada a Rhinocerophis.[7] Finalmente, en el año 2012, luego de una revisión de la morfología, filogenia y taxonomía de las serpientes bothropoides sudamericanas, las especies de ese género fueron nuevamente reincorporadas a Bothrops.[8]
La localidad tipo es listada como "Amérique méridionale" y "Paraguay."[1]
Conducta
Es terrestre.[3]
No es una serpiente agresiva, ataca sólo si se siente amenazada. Existen muchas supersticiones entre los habitantes de zonas rurales con respecto a esta serpiente, pero en la mayoría de los casos los ataques y/o conductas agresivas se dan solo si son molestadas o si se tropieza con ella accidentalmente. Aunque nunca se descarta la posibilidad de múltiples mordeduras por agresividad.
Veneno
Bothrops alternatus forma una importante causa de mordeduras dentro de su área de distribución. Sus mordeduras son raramente fatales, pero con frecuencia causan severos daños al tejido.[3]
Según la página sobre Toxicología de la Universidad de Adelaida,[9] la toxina de estas serpientes consiste principalmente en una mezcla de coagulantes, hemorrágicos, necrotoxinas y quizás algún tipo de anti-coagulante aunque no da señales clínicas visibles.
Los síntomas clínicos son:
Dolor, tumefacción, hematomas en la zona de la mordida, sensación de calor o ardor abrasivo, necrosis (Efectos locales).
Dolor de cabeza, náuseas, vómitos, dolor abdominal, diarrea (Efectos a nivel sistémico).
No hay evidencias de daño renal pero dado que otras especies de la misma familia sí lo provocan, no se descarta de forma absoluta. En ese caso sería colateral a las coagulopatías.
En la literatura
En el cuento «Anaconda», del escritor uruguayo Horacio Quiroga toma a esta serpiente como un elemento fundamental.[10] Como dice en una parte, «las yararás, que tienen a la Muerte por negro pabellón». En «A la deriva»[11], del mismo autor, el protagonista es picado por una víbora de esta especie. También en la narración «Yarará como manguera»[12] de Mempo Giardinelli, autor argentino, se presenta el animal como factor decisivo del relato.
Referencias
↑ abcMcDiarmid RW, Campbell JA, Touré T. 1999. Snake Species of the World: A Taxonomic and Geographic Reference, vol. 1. Herpetologists' League. 511 pp. ISBN 1-893777-00-6 (series). ISBN 1-893777-01-4 (volume).
↑ abcdCampbell JA, Lamar WW. 2004. The Venomous Reptiles of the Western Hemisphere. Comstock Publishing Associates, Ithaca and London. 870 pp. 1500 plates. ISBN 0-8014-4141-2.
↑Brown JH. 1973. Toxicology and Pharmacology of Venoms from Poisonous Snakes. Springfield, Illinois: Charles C. Thomas. 184 pp. LCCCN 73-229. ISBN 0-398-02808-7.
↑U.S. Navy. 1991. Poisonous Snakes of the World. US Govt. New York: Dover Publications Inc. 203 pp. ISBN 0-486-26629-X.
↑Wüster, W.; M. G. Salomão, J. A. Quijada-Mascareñas, R. S. Thorpe and BBBSP (2002). Origins and evolution of the South American pitvipers fauna: evidence from mitochondrial DNA sequence analysis. In G. W. Schuett, M. Ho ¨ggren, M. E. Douglas & H. W. Greene (Eds) Biology of the Vipers (pp. 111– 129). Eagle Mountain, UT: Eagle Mountain Publishing.
↑Fenwick, A. M., Gutberlet, R. L., Jr, Evans, J. A. and Parkinson, C. L. (2009). Morphological and molecular evidence for phylogeny and classification of South American pitvipers, genera Bothrops, Bothriopsis, and Bothrocophias (Serpentes: Viperidae). Zoological Journal of the Linnean Society, 156, 617–640.
↑Carrasco, Paola A.; Camilo I. Mattoni, Gerardo C. Leynaud and Gustavo J. Scrocchi (2012). Morphology, phylogeny and taxonomy of South American bothropoid pitvipers (Serpentes, Viperidae). Zoologica Scripta. The Norwegian Academy of Science and Letters, febrero de 2012, pp 1-16.