Barrio Gótico de Barcelona
El Barrio Gótico (en catalán: Barri Gòtic) es uno de los cuatro barrios que forman el distrito de Ciudad Vieja de Barcelona. HistoriaEl Barrio Gótico es el núcleo más antiguo de la ciudad y su centro histórico, correspondiente en buena medida a la antigua ciudad romana, Barcino. Antiguamente era conocido como «barrio de la Catedral».[2] El cardo y el decumanus romanos son los ejes de urbanización históricos del barrio en su parte más alta, el antiguo Monte Táber (plaza de San Jaime). A su vez, está compuesto por diferentes barrios que conservan su propia personalidad: la Judería (Call en catalán), Santos Justo y Pastor, Santa María del Pino, la Catedral, Santa Ana, La Merced y el Palacio. Inicialmente, la denominación «Barrio Gótico» fue un eslogan turístico inventado por Adolfo Florensa, concejal del Ayuntamiento de Barcelona. La idea original de crear el Barrio Gótico fue sin embargo del escritor Ramón Rucabado. En 1927, Florensa hizo un inventario catalogando un total de cinco obras que se podrían definir como góticas en Barcelona. De hecho, Joan Rubió, autor del puente flamígero de la calle del Obispo (1928), dijo que «el Barrio Gótico no se ha de respetar ni mucho ni poco, porque no existe».[3] La estructura del barrio permaneció intacta hasta el siglo XIX, periodo que trajo grandes transformaciones en la estructura y morfología del barrio, como por ejemplo la transformación de los cementerios parroquiales en plazas públicas, el vaciado de grandes edificios con el consiguiente cambio de uso o el derribo de las murallas. Actualmente se conservan trozos de la primera muralla en la plaza de la Seo, frente a la catedral de Barcelona. En la calle Ataúlfo existe una capilla gótica que pertenecía al Palacio Real Menor de Barcelona y se conoce por la capilla del Palacio. En 2016 tenía una población de 15 614 habitantes.[4] Monumentos y lugares de interés
Controversia por la autenticidad del Barrio GóticoSi bien es cierto que hay muchos edificios góticos, como las Atarazanas (iniciadas el siglo XIII) y la sala de contrataciones de la Lonja de Mar (siglo XIV) en cuanto a edificios civiles de gran importancia, siempre ha existido entre los expertos una controversia por la autenticidad de numerosos edificios del Barrio Gótico. Ya Le Corbusier, en una visita a Barcelona a principios de la década de 1930, al pasar bajo el puente neogótico de la calle del Obispo dijo con indignación: «¿Cómo es posible que en mitad de vuestro admirable gótico haya podido surgir ese puente florido, nuevo y podrido?».[5] Esta controversia en torno a la autenticidad se hizo pública en 2011 debido a la publicación de una tesis doctoral titulada El barrio gótico de Barcelona: planificación del pasado e imagen de marca, de Agustín Cócola, en la que el autor venía a demostrar que algunos de los edificios del barrio no son originalmente góticos, sino restauraciones o incluso nuevos proyectos de estilo neogótico realizados los primeros a finales del siglo XIX, pero sobre todo durante el XX, que sin embargo se publicitan como góticos y a los que se les ha dado la condición de Monumento Histórico Nacional. Las causas principales serían el intento de atraer el turismo, y la identificación de la burguesía catalana con el arte gótico como época de esplendor del arte y la cultura catalana. Entre los principales edificios anunciados como góticos y que realmente son neo-góticos se encuentran:
Metro de Barcelona
Véase tambiénReferencias
Bibliografía
Enlaces externos
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