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Aves del Estínfalo

Mosaico de los trabajos de Heracles: matando a las aves del Estínfalo (Detalle procedente de Liria, Valencia).

En la mitología griega, las aves del Estínfalo eran unas aves que tenían picos, alas y garras de bronce, cuyos excrementos venenosos arruinaban los cultivos y también eran carnívoras. Poblaban la región y el bosque alrededor del lago Estínfalo (Arcadia). Euristeo comandó entonces a Heracles que acabase con la amenaza de dichas aves, como parte de los doce trabajos de Heracles, ya que en ocasiones atacaban al ganado o a la población. Heracles se dirigió al Estínfalo, y ahí se encontró desolado pues la misión era específicamente difícil de completar: las aves eran demasiadas para sus flechas y su legendaria fuerza no le servía de nada.

Entonces apareció Atenea y le socorrió dándole un cascabel de bronce y le mandó a que lo tocara desde una colina elevada, al hacerlo las aves asustadas emprendieron vuelo y nunca más se las volvió a ver en el bosque y el lago. Muchas de ellas fueron derribadas por las flechas de Heracles y las que consiguieron escapar huyeron hacia la isla de Ares, en el Mar Negro, donde fueron encontradas años después por los Argonautas.[1]

Cuando Heracles volvió con Euristeo, este se hallaba en su refugio debido a que varios de los pájaros de bronce volaban alrededor de su palacio. Al ver esto, Heracles sonó su cascabel y los pájaros se alejaron de ahí.

Notas

  1. La Isla de Ares: ¿la Isla Giresun?

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