Arquitectura renacentista españolaLa arquitectura renacentista española es la arquitectura renacentista desarrollada en España desde las últimas décadas del siglo XV hasta el principios del siglo XVII. Fue parte del movimiento general conocido como el Renacimiento, que se extendió desde Italia al resto de Europa y afectó a muchos aspectos de la erudición y el arte. En España, el Renacimiento comenzó a injertarse en formas góticas.[1][2] Primera etapa: Estilo platerescoEl estilo comenzó a difundirse principalmente por arquitectos locales: esa es la causa de la creación de un Renacimiento español con características propias, que trajo la influencia de la arquitectura italiana, a veces por libros y pinturas, mezclado con la tradición gótica y la idiosincrasia local. El nuevo estilo se llama plateresco, debido a las fachadas extremadamente decoradas, que traían a la mente los motivos decorativos del trabajo intrincadamente detallado de la platería. Órdenes clásicos y motivos de candelabros (a candelieri ) combinados libremente en conjuntos simétricos.[1] Algunos ejemplos son las fachadas de la Universidad de Salamanca[3] y del Convento de San Marcos en León.[3]
Segunda etapa: PurismoCon el paso de las décadas, la influencia gótica desaparece y la búsqueda de un clasicismo ortodoxo alcanza cotas muy altas. Aunque el «plateresco» es un término de uso común para definir la mayor parte de la producción arquitectónica de finales del siglo XV y la primera mitad del siglo XVI, algunos arquitectos como Diego Siloe y Andrés de Vandelvira en Andalucía, y Alonso de Covarrubias y Rodrigo Gil de Hontañón en Castilla adquirieron un estilo más personal y sobrio. Esta fase del Renacimiento español se llama el Purismo renacentista.[2]
Tercera etapa: Estilo herrerianoDesde mediados del siglo XVI, bajo la dirección de arquitectos como Pedro Machuca, Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera, hubo una adhesión mucho más estrecha al arte de la antigua Roma, anticipándose en ocasiones al manierismo. Un ejemplo de ello es el Palacio de Carlos V en la Alhambra de Granada, construido por Pedro Machuca. Con la obra de Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera en El Escorial surge un nuevo estilo: el estilo herreriano.[4] Extremadamente sobrio y desnudo, alcanza altos niveles de perfección en el uso de la sillería de granito, e influye en la arquitectura española tanto en la península ibérica como en todo el Imperio español durante más de un siglo.[2][5][4]
Otros edificaciones destacables
Véase tambiénReferencias
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